El padre de Facundo Pereyra, el joven que falleció la semana pasada y cuyos órganos fueron donados al INCUCAI, dijo que él y su familia están tranquilos por haber permitido que la vida de su hijo se prolongara en otras personas que esperaban un trasplante.
RÍO GRANDE.- Hace unos días atrás Facundo Pereyra, de 20 años, ingresó de urgencia al Hospital Regional Río Grande tras sufrir una hemorragia cerebral. Los médicos informaron a la familia que su vida dependía de una operación muy riesgosa, pero como era la última alternativa que tenía, la aceptaron. Sin embargo, su situación era irreversible.
El miércoles, un equipo de cirujanos procedentes de Rosario llegó a Río Grande para realizar un complejo procedimiento de ablación multiorgánica, que permitirá mejorar la vida de cinco personas de distintos lugares del país que se encontraban en lista de espera para ser trasplantados.
Horas después, Osvaldo Pereyra, padre del joven cuyos órganos fueron donados tras su irreparable muerte, agradeció al personal del hospital “por haber podido sostener los órganos de mi hijo durante cinco días. Dos días hasta llegar a la operación para tratar de salvarle la vida y cinco días más tratando de salvar sus órganos porque ya la familia había tomado la decisión de donarlos para dar vida en otra persona”, dijo al canal Info3 Noticias.
“Era el destino de mi hijo”, relató el padre emocionado. “Él jugaba al fútbol, era un chico especial, muy bueno, respetuoso, educado. Todos lo querían”.
En 2011 Facundo Pereyra había sufrido un vuelco fatal en un vehículo junto a otros cinco chicos en el barrio Chacra XI, cuando todavía no se había inaugurado la circunvalación. “Tenía solo 11 años. Dos de los chicos murieron y el que conducía, lamentablemente se quitó la vida”.
“Fue cosa de chicos traviesos, subió en ese auto sin saber lo que le podía pasar. En aquel momento lo trasladaron de urgencia en avión sanitario al Hospital Italiano donde lo operaron de la cintura y le pusieron un aparato que le permitía seguir creciendo sin necesidad de volver a operarlo”.
“Facundo pasó por muchas pruebas, pero a pesar de eso, le gustaba mucho el deporte. Su muerte es un dolor muy grande para nosotros”.
Osvaldo reflexionó sobre el momento de tomar la decisión de donar los órganos de un ser querido que ya no tiene más esperanza de vida y expresó su sentir. “Es una decisión muy dura. Lo importante de todo esto es haber tomado conciencia junto a mi familia de la importancia de donar los órganos. Nosotros estamos tranquilos de que mi hijo pudo dar vida a otras personas”.