Ayer se realizó una nueva jornada de testimoniales con el perito balístico de Gendarmería y los dos peritos forenses del Poder Judicial, en relación a la muerte de Víctor “Chucky” Andrade, en el juicio al oficial Cristian Balaguer.
RIO GRANDE.- La jornada de testimoniales, ayer comenzó temprano con el forense Juan Avalos, quien realizó la autopsia al cuerpo de Andrade, quien murió tras 36 horas de agonía, luego de recibir un disparo de posta de goma en la arteria femoral, a la altura de la ingle izquierda, en medio de un procedimiento policial.
Avalos aseguró que la zona afectada “es vital” y que el corte de la arteria fue de “alrededor de 5,5 centímetros”, referenció, sin poder determinar la existencia de ahumamiento o tatuaje de quemadura en la herida que indique una cercanía del disparo, dado que el cuerpo fue intervenido quirúrgicamente, y por ende higienizado.
Luego declaró el forense de Ushuaia, el Dr. Alegre Gervasoni, quien brindó un testimonio evaluando la atención médica que se dispensó en el hospital al herido, asegurando que fue “el tratamiento adecuado”, en busca de despejar cualquier duda en torno a una negligencia médica en la muerte del paciente.
Peritaje a la escopeta
La última, y más extensa, declaración fue la testimonial del alférez de Gendarmería, Alejandro Fabián Benítez, quien dio cuenta de la pericia balística realizada en torno a la escopeta y la recreación del evento que tuvo lugar el 21 de septiembre de 2010.
Benítez analizó el arma utilizada por el oficial Cristian Balaguer, así como los cartuchos en sus distintos tipos, el cartucho percutido, y evaluó incluso la munición o tapón plástico extraído de la herida de la víctima.
Aseverando inicialmente que el arma presentaba restos de deflagración, Benítez aseguró que la misma presenta rastros de sangre en la punta del cañón, pero incluso adentro del mismo por “1 ó 2 centímetros”, dijo referenciando a la posibilidad de un disparo a muy corta distancia, aunque este detalle la defensa ya buscó cubrirlo diciendo Balaguer que removió las ropas del herido con la “punta del arma”.
El perito aseguró que el cartucho percutido, que quedó en la recámara de la escopeta, es un cartucho con posta de goma, aunque reconoció que pudo ser modificado, como sostiene la defensa. En ese sentido aseguró que queda solo el taco separador –entre pólvora y perdigones- como eventual proyectil y que ese elemento se condice con el elemento plástico extraído de la herida mortal de “Chucky” Andrade.
Sin rebote
Al respecto de ese elemento, fue minuciosamente analizado por el perito, quien lo comparó con otros tacos en tiros de prueba que se hicieron con “rebote al suelo”, tal fue la versión sostenida por el imputado.
El perito fue contundente, “no tiene indicios –el taco- de haber impactado contra algo duro o la tierra”, dijo, descartando la posibilidad del tiro por rebote, ya que encontró al elemento indemne. Incluso los otros tacos recuperados de tiros de muestra realizados en rebote contra el suelo, mostraban evidentes marcas del golpe que no estaban presentes en el taco extraído en la cirugía a Andrade.
Finalmente el testigo fue concluyente respecto de que “las deformaciones en los tacos son por el rebote”, agregando, “el del disparo no las tiene”.
Incluso el abogado de la querella consultó respecto de varios tiros realizados “por rebote” con la misma escopeta, y las pericias indicaron que la zona de impacto tras pegar contra el suelo, no sobrepasaban una altura que permita llegar a la altura de la ingle de una persona promedio.
La pericia tuvo algunas inexactitudes tales, como que los tiros de prueba fueron practicados en rebote con un piso de cemento, cuando el lugar del hecho tenía un suelo terroso compacto, cuestión que será evaluada por las partes en sus alegatos.
Finalmente al respecto de este tipo de cartuchos, al ser disparados, el perito de Gendarmería aseveró que son de “un comportamiento impredecible”, señalando que difícilmente el tirador pueda apuntar precisamente con este elemento, lo que será utilizado por la defensa al momento de señalar de que no hubo una intención de disparar a la ingle de la víctima.
El juicio pasó a un cuarto intermedio para el viernes con más testimoniales.