BUENOS AIRES (NA).- El exobispo de Neuquén y actual arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, defendió ayer al convento de las monjas orantes y penitentes donde el exsecretario de Obras Públicas José López fue encontrado con bolsas con millones de dólares, y negó que el establecimiento sea un “aguantadero”.
“Yo no diría de ninguna manera que es un aguantadero. No sé cómo José López va a poder justificar esa suma tan grande de dinero”, afirmó Radrizzani, en una entrevista que le concedió a la radio LU5 AM600 de Neuquén.
“Estamos consternados ante estos acontecimientos, porque se ha utilizado el convento de las hermanas para un lugar como de defensa”, afirmó el sacerdote y aclaró que él como el arzobispo no tienen que tomar “ninguna medida” respecto del convento, del que dijo que es autónomo de la Iglesia, porque se trata de una “asociación privada de fieles”.
“Si vos las conocieras, se te va cualquier duda. Una (de las monjas) tiene 80, la otra tiene 90. Son tres viejitas, ancianitas, que las sostenía la vida sacerdotal de monseñor (Rubén) Di Monte.
Ahora, faltando monseñor Di Monte (se murió en abril) ellas tendrán que tomar una decisión para ver qué camino siguen”, dijo Radrizzani.
Di Monte, exobispo emérito de Luján, es señalado como el nexo entre el exministro de Planificación Federal del kirchnerismo, el actual diputado nacional Julio De Vido, jefe directo de López durante 12 años, y el convento en el que este último exfuncionario fue descubierto in fraganti lanzando al interior del establecimiento bolsas con millones de dólares.
Al respecto, Radrizzani dijo que era de madrugada cuando se produjo ese episodio, que “habían tocado el timbre y las hermanas ni se enteraron de que había gente afuera” y que “por eso empezó a tirar las bolsas por arriba” de las verjas.
“Queremos que la Justicia llegue a sus últimas consecuencias. De ninguna manera a mí se me ocurriría tapar una cosa que puede ser irregular”, dijo el arzobispo de Mercedes-Luján y señaló que al convento “puede ir el presidente de Boca, el de River, el de Uruguay, un mendigo, uno que nace en una clínica psiquiátrica y no tiene por qué el convento informar quién viene y quién no viene”.
En relación con el fallecido obispo Di Monte, Radrizzani se desligó al señalar que “hay cosas” que le “llegaron” y otras que no le llegaron: “Por ejemplo, de un utilitario, una traffic, una cosa así… después monseñor Di Monte me dijo que tenía la alegría de comunicarme que habíamos recibido en donación una utilitaria o una traffic, para las misiones. Eso me lo han comunicado, pero no me piden permiso. No tienen por qué pedirme permiso”, afirmó.
En relación con el escándalo de López, Radrizzani admitió que “cualquiera de estas cosas siempre algo salpica”, aunque recordó palabras de “Juan Pablo II, el Papa polaco, que decía me hablan de aquellos sacerdotes que a veces se han portado mal en sus comunidades, pero no me hablan de los centenares de miles que están haciendo el bien”.