PARÍS (AFP).– Protagonistas de dos batallas para la historia en 2016, el argentino Juan Martín Del Potro (N.29) y el escocés Andy Murray (N.1) vencieron ayer y se citaron en la tercera ronda, en el primer clásico de la edición 2017 de Roland Garros, donde quedaron eliminados el bonaerense Nicolás Kicker y el rosarino Renzo Olivo.
Ninguno de los dos llega al duelo en un buen momento. Lejos de su mejor versión desde que hizo un sobreesfuerzo en 2016 para lograr el número uno mundial, Murray ha tenido que pisar a fondo el acelerador para solventar las dos primeras rondas.
Ayer ganó al eslovaco Martin Klizan, evitando al menos acumular minutos en un quinto set. Lo hizo por 6-7 (3/7), 6-2, 6-2 y 7-6 (7/3).
Murray batió a Del Potro en la final olímpica de Rio en un maratón y el tandilense se cobró venganza en cinco sets en la semifinal de la Copa Davis que ganó Argentina.
Almagro, lágrimas de frustración
Todavía buscando el ritmo tras su espectacular resurrección en 2016 después de dos años fuera del circuito, Del Potro sufrió en un duelo muy emotivo ante Almagro.
Ambos jugadores, cuyas carreras han quedado marcadas por las graves lesiones, dejaron una de las imágenes del torneo.
El español se quedó clavado tras un saque de Del Potro y se colocó las manos en la cara. A continuación se desplomó hacia atrás, lo que levantó las alarmas debido a los casi 30 grados del soleado día en París. Lloraba de rabia tras lesionarse de nuevo la rodilla izquierda.
Del Potro cruzó la pista para consolarlo y ayudarlo a caminar. Luego se abrazaron en los bancos.
“Si hay alguien que entiende de esos malos momentos puedo ser yo. Le intenté animar diciéndole que tiene una gran familia, un hijo, cosas muy lindas para disfrutar fuera del tenis durante la recuperación”, explicó Del Potro, de vuelta a París tras cinco años de ausencia por sus problemas físicos.
Antes del abandono, Almagro llevaba la iniciativa en el choque (3-6, 6-3 y 1-1) después de que Del Potro se hiciera daño en un aductor a mitad del primer set.
Kicker chocó con Cuevas
El uruguayo Pablo Cuevas, 22º favorito, superó a Nicolás Kicker (94º ATP), en la segunda ronda, en un duelo entre dos hinchas reconocidos de Vélez Sarsfield.
Cuevas resolvió el duelo en dos horas exactas con un triple 6-4.
En su primera participación en Roland Garros, Kicker había sorprendido en primera ronda al bosnio Damir Dzumhur; 6-3, 2-6, 6-3 y 6-4.
Con este triunfo se citó en segunda ronda con Cuevas, ante el que nunca había competido pero con el que ha compartido muchos entrenamientos.
El uruguayo, considerado uno de los mejores especialistas en polvo de ladrillo del circuito, dobló las roturas de su rival (6 por 3) y se mostró más equilibrado. Hizo valer su experiencia ante el debutante.
Cuevas, de 31 años, alcanza la tercera ronda de Roland Garros por tercer año consecutivo. Jugará por un puesto en octavos con el español Fernando Verdasco, que ganó al francés Pierre-Hughes Herbert.
Terminó el sueño de Olivo
Otra de las malas para el tenis argentino fue la de Renzo Olivo, 91º de la ATP y que saltó a la fama el miércoles tras ganar al ídolo local Jo Wilfried Tsonga, pero fue eliminado ayer en la segunda ronda de Roland Garros por el británico Kyle Edmund (49º); 7-5, 6-3 y 6-1.
El rosarino, que confesó ayer tras su gesta que lo motivaba jugar en los grandes escenarios, tuvo que volver a la vida cotidiana de un tenista modesto y cayó en la pista N.6.
Olivo perdió en dos horas y dos minutos. Estuvo muy lejos del nivel que lo llevó a ganar a Tsonga, rompiendo únicamente el saque de su rival en dos ocasiones (de cinco intentos).
Edmund, por su parte, logró siete roturas en diez opciones y conectó 30 golpes ganadores, contra 15 del argentino.
A pesar de su derrota, Olivo se marcha de París con su primera victoria en Roland Garros y una presentación en la élite del tenis.
“Ahora volveré a casa, que llevo siete semanas fuera de gira. Descansaré y arrancaré en Wimbledon o la semana antes”, concluyó.