El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, descartó el plan de dolarización que había impulsado el presidente Javier Milei durante la campaña y defendió el rumbo de la economía, antes de su primera visita al Senado prevista para mañana.
BUENOS AIRES (NA).- En un extenso informe el titular de ministros respondió más de 1300 preguntas que le habían sido enviadas previamente por los senadores de los distintos bloques.
Entre consultas de distinta índole, que incluyeron cuestiones económicas, laborales, sociales y hasta de los perros de Milei, Posse se refirió puntualmente a la dolarización, uno de los principales postulados del libertario durante su campaña para llegar a la Casa Rosada.
“No está en la agenda económica, pero sí la libre competencia de monedas vigente como fase final para el proceso iniciado en diciembre con el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central”, expresó el Jefe de Gabinete.
Así lo hizo al responder al senador nacional de la Unión Cívica Radical de Tierra del Fuego, Pablo Blanco, quien había pedido saber cómo se iba a implementar ese plan económico y también cuáles serían las “condiciones que el Gobierno considera necesarias para implementar” la competencia de monedas.
“El Ministerio de Economía informa que este régimen de ‘competencia de monedas’ requiere un marco macroeconómico disciplinado que incentiva a la autoridad monetaria a mantener la estabilidad del valor del peso y evitar así la emisión monetaria y consecuente inflación persistente que ha caracterizado a la economía argentina de los últimos veinte años”, señaló Posse.
Al respecto, agregó que “las condiciones necesarias para implementar el régimen basado en la libre competencia de monedas son, principalmente, el superávit fiscal, la acumulación de reservas internaciones y la reducción de los pasivos remunerados del Banco Central a niveles sustentables y el saneamiento de su hoja de balance”.
Según el informe presentado por Posse en el Senado, “estas condiciones permitirán reducir la tasa de inflación y mantener la competitividad del tipo de cambio oficial, permitiendo avanzar con una liberalización paulatina y unificación del mercado de cambios”.
“La prioridad sigue siendo afianzar el proceso de desinflación y fortalecimiento de las reservas internacionales y el balance del Banco Central. En la transición hacia un nuevo régimen monetario la política monetaria evolucionará para seguir anclando las expectativas de inflación y la política cambiaria se hará más flexible, al tiempo que se seguirán reduciendo las restricciones y controles cambiarios a medida que las condiciones lo permitan”, consideró el jefe de ministros.