Descubren dinosaurio carnívoro alado

Paleontólogos argentinos presentaron una nueva especie de dinosaurio de 90 millones de años de antigüedad que tenía patas semejantes a un raptor y alas en la parte superior de su cuerpo, por lo que su hallazgo aporta información para comprender cómo evolucionaron y surgieron las aves.

Los fósiles fueron extraídos en el campo junto con la roca que lo rodea para su preparación en detalle en laboratorio.

RIO NEGRO.- El hallazgo de este dinosaurio emparentado con las aves se produjo al sur del embalse Ezequiel Ramos Mexía, en la provincia de Río Negro. Se trata de un animal pequeño y ágil que no superaba el metro y medio de longitud.
Si bien no podía volar, este dinosaurio podía efectuar movimientos semejantes a los que realizan las aves modernas durante el vuelo y habría usado las alas para equilibrarse en los momentos en que corría, por ejemplo, para atacar a sus presas.
El becario Matías Motta del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales (LACEV-MACN-CONICET) indicó a la Agencia CTyS-UNLaM que “esta nueva especie, a la que denominamos Overoraptor chimentoi, es un nuevo integrante dentro el grupo de dinosaurios carnívoros denominados paravianos”.
“Este animal poseía una garra muy afilada en el dedo índice de su pie, la cual seguramente le servía para atacar a sus presas, y tenía una pata alargada y grácil, lo que indica que era un animal corredor”, comentó el autor principal del estudio publicado en la revista The Science of Nature.
El doctor Federico Agnolin, investigador del MACN-CONICET y de la Fundación Azara, destacó que lo que más les sorprendió es que “sus patas eran como las de un raptor, pero sus miembros superiores eran extremadamente largos y robustos, parecidos a los de las aves modernas”.
En el año 2013, se encontró una pequeña garrita y otros restos fósiles de este animal. En tanto, en el año 2018, gracias a la financiación de la National Geographic Society y del Sr. Coleman Burke, los investigadores pudieron realizar una nueva campaña en la que pudieron rescatar más elementos de este ejemplar.
“En la segunda campaña, pudimos encontrar más elementos óseos, incluyendo parte del brazo o ala de este animal, ya que no sabíamos cómo llamarla en este momento, incluyendo la ulna, los metacarpos, varias vértebras de la cola, el pie casi completo, parte de la cadera, todos huesos que nos dan información anatómica muy novedosa”, relató el paleontólogo Federico Brissón Egli del MACN – CONICET.
Las partes halladas aportan nuevos datos sobre cómo evolucionaron las aves a partir de este grupo de dinosaurios. El doctor Fernando Novas, jefe del LACEV-MACN, explicó que “las aves no son más que dinosaurios emplumados que viven hoy, comparten el planeta Tierra con nosotros y tuvieron origen en dinosaurios con aspecto de velocirraptores”.

Matías Motta durante la excavación de los fósiles de Overoraptor.

Previamente, se habían hallado dinosaurios que marcaban esta transición hacia las aves. “Se conocían formas pequeñas, como el Buitreraptor, hallado en otro yacimiento de Río Negro; otras especies de tamaño intermedio como el Unenlagia, de masa corporal semejante a la de un ñandú; y formas mucho más grandes y peligrosas como el Austroraptor, el cual tenía aproximadamente cinco metros de largo”, describió el paleontólogo Novas.
Hasta el hallazgo de esta nueva especie, todos los dinosaurios carnívoros que se conocían de la Patagonia con aspecto de aves pertenecían al grupo de los unenlágidos, los cuales eran ágiles y caminaban en las patas traseras. Estas especies, tenían una garra recurvada en el dedo índice del pie, puntiaguda, de pequeño tamaño, que seguramente era de ayuda para estos carnívoros al momento de atrapar a sus presas.
“Al contrario de lo que asumimos en un comienzo, el Overoraptor no es integrante de esta familia de los unenlágidos, sino de otro grupo que incluye a una especie de Madagascar llamada Rahonavis”, precisó Novas. Y agregó: “Ahora, sabemos que los continentes australes estuvieron habitados por variados paravianos, incluyendo a los unenlágidos y los ‘overoraptores’; esto habla de una gran diversidad de formas que apenas estamos empezando a conocer”.
Con al hallazgo del Overaptor chimentoi -cuyo nombre alude al patrón de color overo, con manchas oscuras, con el cual sus fósiles han sido preservados, y hace referencia al paleontólogo Nicolás Chimento que efectuó su hallazgo en 2013-, la Patagonia argentina aporta un nuevo representante de estos dinosaurios muy cercanamente emparentado con las aves. Ambas expediciones en las que se encontraron sus restos fósiles, efectuadas en 2013 y 2018, contaron con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Río Negro, como así también de la empresa SIMA Ingeniería y la familia Violante.
La transición ordenada entre los raptores y las aves
El investigador Federico Agnolin comentó: “Cuando estudiamos en detalle al Overoraptor, nos dimos cuenta que en realidad este dinosaurio era capaz de aletear, es decir, que habíamos encontrado con un paso previamente desconocido en la transición entre los dinosaurios raptores y las aves; estábamos justo en el medio”.
“Este animal resultó pertenecer a un nuevo grupo de dinosaurios del Hemisferio Sur; seguramente era rápido, ágil y, como todos sus parientes, sería carnívoro. Si bien no conocemos demasiado de este animal, esperamos regresar a este yacimiento al noroeste de Río Negro para encontrar más restos de esta especie y así dilucidar más aspectos sobre la vida de estos pequeños dinosaurios”, aseveró Motta.
“Un aspecto importante de esta investigación es el parentesco del Overoraptor con una especie de Madagascar”, indicó Federico Brissón Egli. Y añadió: “Sudamérica y África comparten una rica y larga historia geológica; seguramente, restos de especies relacionadas al Overoraptor y Rahonavis empiecen a surgir en otras localidades gondwánicas, aquel súper-continente del hemisferio sur, que venía fragmentándose desde millones de años antes de que viviera esta especie que damos a conocer”.
El paleontólogo Agnolin consideró que “este hallazgo se suma a los que se vienen realizando hace décadas en la Patagonia argentina y demuestra la importancia que tiene la paleontología en la zona, porque incluso nos permite empezar a develar cómo fue que se originaron las aves y cómo fue que los dinosaurios fueron evolucionando a través del tiempo”.