El papa Francisco pidió hoy resolver las guerras que existen a nivel mundial “sobre la base del encuentro y del diálogo”, al dar en Ulán Bator el primer discurso de la visita que inició ayer en Mongolia, en la visita que realiza hasta el lunes al país asiático enmarcado por China y Rusia.
TELAM (Por enviado especial).- “Quiera el cielo que, sobre la tierra, devastada por tantos conflictos, se recreen también hoy, en el respeto de las leyes internacionales, las condiciones de aquello que en un tiempo fue la pax mongola, es decir, la ausencia de conflictos”, planteó el pontífice al hablar ante las autoridades políticas y sociales de Mongolia en el Palacio de Gobierno del país.
“Así como dice su proverbio: las nubes pasan, el cielo permanece, que así pasen las nubes oscuras de la guerra”, deseó el pontífice al hablar ante unos 700 invitados y luego de reunirse con el presidente Ukhaagiin Khurelsukh.
En su discurso, Francisco alentó además “que se disipen por la firme voluntad de una fraternidad universal en la que las tensiones se resuelvan sobre la base del encuentro y del diálogo, y que a todos se les garanticen los derechos fundamentales”.
“Aquí, en su país, rico de historia y de cielo, imploremos este don de lo alto y pongámonos manos a la obra para construir juntos un futuro de paz”, convocó.
Francisco, de 86 años, llegó ayer a Mongolia, en la primera visita de la historia de un pontífice al país asiático enmarcado entre China y Rusia y que en la previa definió como “el corazón de Asia”.
En su discurso, el pontífice recordó las raíces históricas mongolas, al destacar “la conocida epopeya del imperio mongol, el más grande hasta la fecha con un territorio unido” y ponderar de esa época “la excepcional capacidad de sus antepasados de reconocer lo mejor de los pueblos que componían el inmenso territorio imperial y de ponerlas al servicio del desarrollo común”.
Con su visita, en la que está acompañado por un enviado de Télam entre otros medios, el Papa busca encontrar a la pequeña comunidad católica de 1.500 fieles y estrechar además lazos con otras religiones, como el budismo predominante en el país. A nivel político, el Vaticano y Mongolia cumplieron el año pasado 30 años de relaciones diplomáticas.
“Hoy Mongolia, con su amplia red de relaciones diplomáticas, su activa adhesión a las Naciones Unidas, su compromiso por los derechos humanos y por la paz, desempeña un papel significativo en el corazón del gran continente asiático y en el escenario internacional”, ponderó Francisco en esa línea ante un público en el que también estaba el embajador argentino en China, concurrente en Mongolia, Sabino Vaca Navaja.
Así, el Papa destacó además la “determinación a detener la proliferación nuclear y a presentarse al mundo como un país sin armas nucleares” de la nación asiática “que se propone realizar un papel importante para la paz mundial”.
Tras el discurso a las autoridades, el Papa se reunirá con otras autoridades políticas de Mongolia y por la tarde se encontrará a las 16 horas local (5 de Argentina) con obispos, sacerdotes y miembros del clero mongol en la Catedral de Ulán Bator.