La ruta 30 evitará los
“sitios arqueológicos conocidos”: Así surge de los detalles de
cómo se construirá el Corredor del Beagle tras la publicación del
estudio de impacto ambiental en el sitio oficial de la provincia. El
11 de diciembre se realizará la Audiencia Pública para que
científicos y expertos planteen sus objeciones. Gancedo aún no
presentó otros dos estudios de impacto claves para que se pueda
iniciar la obra.
USHUAIA.- “La traza definitiva de la ruta contempla los mayores esfuerzos de diseño para evitar los sitios arqueológicos conocidos”, señala el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa Gancedo que construirá la obra y que se encuentra publicado en el sitio web de la provincia. Sin embargo, a pesar de la obligatoriedad de presentar un Estudio de Impacto Arqueológico, aún no hay indicios de que haya sido presentado y mucho menos, publicado para conocimiento del mundo científico.
Lo que sí se sabe, es que en la construcción de los 130 km. de la ruta trabajarán 200 personas, 98 vehículos y se construirán 16 puentes. Se tratará de una ruta escénica, diseñada para el disfrute y para ser recorrida a una velocidad de 40 Km/hora., uniendo Ushuaia con Cabo San Pío, atravesando sitios que aún se conservan vírgenes.
También se sabe que, para construirla, será necesario volar con dinamita 5 kilómetros de acantilado, talar 16 metros de bosque a cada lado de la cinta de rodamiento y habrá que crear canteras para sacar los áridos necesarios para el movimiento de suelo. Inevitablemente, durante los dos años que se demorará en concretar la obra, se verá afectado el tránsito y la tranquilidad de la zona.
El estudio de impacto ambiental publicado por el Gobierno de Tierra del Fuego es un compendio de casi 300 páginas más los anexos, de lectura obligada para quienes quieran participar de la audiencia pública que se realizará el 11 de diciembre próximo. Esa instancia, será el único espacio para que los propietarios de las tierras afectadas, los ambientalistas y los científicos que conocen el valor patrimonial que tiene la zona afectada, puedan plantear sus objeciones. Y aunque las conclusiones de la audiencia pública no son de carácter vinculante, desde el gobierno ya han manifestado su voluntad de prestar atención a esas demandas.
Dicho estudio, elaborado interdisciplinariamente por ingenieros civiles, forestales, geólogos, topógrafos contratados por la empresa Gancedo a través del consultor Marcelo Morandi, tiene además una buena cantidad de información histórico cultural, en el que se describen las características que tendrá la traza y el impacto que tendrá su construcción en el espacio en el cual será construida. De hecho, el informe deja entrever que será necesario expropiar a los privados un ancho de 50 metros de tierra para construir la ruta que atravesará parte de sus campos.
Falta documentación
La empresa que ganó la licitación y sobre la cual se dejó la responsabilidad de establecer y diseñar la traza de la ruta, tiene la obligación de presentar, además del estudio de impacto ambiental, un Estudio de Impacto Arqueológico y otro Estudio de Impacto de Actividades Mineras que no pueden obviar antes de comenzar la construcción de la obra y que deberían estar disponibles para la ciudadanía antes de que se realice la audiencia pública. Sin embargo, ni el informe de minería ni el informe arqueológico, están publicados en la página web de la provincia.
El informe de minería debería establecer qué canteras van a utilizar para proveer de áridos a la construcción de la ruta y dónde estarán esas canteras. El informe arqueológico debe hacerse previo a la construcción, sin embargo no se ha dado a conocer y los ambientalistas y científicos temen que ni siquiera está hecho o que la traza se base simplemente en los estudios existentes.
La carencia de un estudio de impacto arqueológico, está plasmada dentro del estudio de impacto ambiental en varias oportunidades, principalmente, a la hora de establecer el diseño definitivo de la traza.
Luego de desarrollar la cantidad de sitios históricos, paleontológicos y arqueológicos, conocidos mediante estudios previos; en la página 199 del EIA se indica que “compilada toda esta información sobre la ubicación de sitios patrimoniales con alto riesgo de vulnerabilidad, la traza definitiva de la ruta contempla los mayores esfuerzos de diseño para evitarlos. Es decir, la traza prevista en este EIA representa, en términos patrimoniales, la alternativa bajo las mejores opciones de diseño, luego de recabar la información disponible de sitios conocidos por la administración provincial y aquellos relevados de la bibliografía disponible. Su trazado final quedará sujeto a las emergencias que puedan surgir del estudio de impacto arqueológico y paleontológico, y el posterior análisis de parte de las autoridades provinciales”.
Luego, casi al final, se vuelve a señalar que para minimizar o reducir los riesgos de generar impacto sobre los yacimientos que pudieran aparecer durante la construcción de la ruta “se capacitará al personal para actuar de inmediato ante la sospecha de encontrarse con un sitio o un hallazgo del patrimonio cultural o arqueológico”.
El último párrafo del EIA, concluye que “previo al inicio de actividades se deberán considerar los resultados del informe de impacto arqueológico y paleontológico para revisar si se requieren cambios en algún sector del planteo de traza diseñada, o si es necesario planificar y ejecutar procedimientos de “rescate” de yacimientos”.
El documento puede leerse completo en https://desarrollosustentable.tierradelfuego.gob.ar/informe-ambiental-corredor-beagle/