La investigación venía siendo desarrollada en torno a denuncias de mujeres que daban cuenta de un sujeto que las sorprendió en la vía pública, manoseándolas, pudiendo brindar alguna descripción de él y del rodado en que se movilizaba. Un caso ocurrido en la última semana finalmente permitió identificarlo y detenerlo.
RIO GRANDE.- Son al menos cuatro los episodios investigados los que llevaron en la noche del martes a la detención de Claudio Antonio Guerrero Villarroel, un empleado municipal de 40 años, en el allanamiento a su domicilio en calle Los Ñires al 1100 del barrio Aeropuerto.
Allí personal policial recolectó elementos de interés para la causa, requisando además el vehículo en que este sujeto se movilizaba.
Si bien aún se aguardan algunas medidas judiciales para colectar mas pruebas, a Guerrero Villarroel se le atribuyen al menos cuatro episodios de ataques callejeros, los cuales fueron acumulados en una sola causa judicial por una cuestión de agilización burocrática.
El fiscal Jorge López Oribe, quien tenía la causa original sin un autor identificado, fue quien finalmente tomó el cúmulo de causas e impulsará la acusación, para la indagatoria prevista para la tarde este jueves.
Antecedentes
Este sujeto tiene antecedentes en delitos contra la integridad sexual ya que actualmente está imputado en otro caso judicial, de un grave episodio de “abuso sexual agravado por acceso carnal y corrupción de menores” en un hecho que data del año 2015, por el cual no estaba detenido.
Esa causa fue elevada al Tribunal de Juicio Oral del Distrito Judicial Norte en septiembre del año pasado, y casi un año después continúa aún con fecha de juicio a definir, tras dos postergaciones en el presente año.
Finalmente ayer, y ante la repercusión en redes sociales de la imagen del imputado resaltando que se trata de un empleado municipal, las autoridades decidieron emitir un comunicado en el que informó que se le inició un sumario administrativo y se pasó a disponibilidad a Guerrero Villarroel.
El detenido se desempeñaba en el cementerio local, y la difusión de su rostro podría traer aparejadas complicaciones en la producción de prueba vital como es la rueda de reconocimiento con las víctimas.
Atento a que las víctimas podrían verse influenciadas por el estado público de la imagen del rostro del actual detenido, la defensa podría solicitar la nulidad de esas medidas probatorias.