Doris Bogado vive hace más de 30 años como una mujer con VIH positivo. Antes que termine el mes designado para todas las actividades de prevención y concientización, El Sureño conversó con Doris para conocer de primera mano, cómo es vivir de manera positiva.
RIO GRANDE.- El 1° de diciembre, en todo el planeta se conmemora el Día Internacional contra el VIH-SIDA; durante todo diciembre, se difunden los testeos gratuitos, se regalan preservativos y se brindan charlas con profesionales. “¿Pero qué hacemos las personas que ya vivimos con el virus?”, planteó Doris Bogado. En esta nota, ella cuenta desde su propia experiencia, los los desafíos, el avance en el tratamiento, y la lamentable estigmatización, que persiste en torno al tema.
“Siempre hacemos campañas, y se centra en las personas que no tienen el virus; ojo, está buenísimo para prevenir. Pero hay muchas personas que ya son positivas. Yo, lo sé, porque trabajo mucho con las personas que ya tienen el diagnóstico”, reconoció Doris.
Además, recordó que desde el Hospital se intentó más de una vez, formar un grupo, para personas infectadas y afectadas por el VIH: “Pero nunca lo logramos… Porque hay muchas personas que viven con VIH acá en la Isla, yo creo que seremos mil, y más también. Pero no quieren”, admitió.
Y agregó: “Es que pasa por el estigma y la discriminación que hay sobre el tema. Y lo notás cada 1° de diciembre: porque cuando hay convocatorias por eventos de la lucha contra el cáncer, va todo el pueblo; cuando es una convocatoria contra la diabetes, todo el mundo se anota; pero cuando se hizo una convocatoria por el tema de VIH, estábamos el médico y yo. Yo no sé si es que a la gente no le interesa saber sobre el tema, o es el tabú que persiste”.
Para Doris, otro de los puntos a corregir es la forma de expresarse en campañas, y artículos de divulgación sobre VIH: “Cuando hablamos de contagio, en VIH es una palabra que está mal empleada. Al hablar de contagio uno se cree que puede pasar como con la varicela, o la gripe, y no es así. Para tener VIH tiene que haber sí o sí, transmisión; es a tu torrente sanguíneo. Si no, no puede suceder”, diferenció.
Estigmatización
Doris fue diagnosticada hace treinta años y durante 28, tuvo además de VIH, HCD, O Hepatitis C; hoy está completamente curada de esa última infección: “Cuando me fui a hacer el análisis, la verdad es que yo iba a confirmar. Porque tenía versiones de que mi pareja en ese momento, vivía con VIH; así que no fue como que me agarró de sorpresa; aunque sí me costó. Hace treinta años, se cobraban los estudios, no se los hacían a cualquiera. Ahora tenés los tests rápidos, es mucho más sencillo. Además, yo soy hija de militar, esto era en el Hospital Naval, imagínate. Me atendió una capitán de corveta y me dijo ‘Doris, cómo te va a dar positivo…’; y la verdad que todavía se sigue estigmtizando. Lo primero que la gente piensa es, que una habrá sido una atorranta, o que por algo te habrá pasado. Y la verdad es que es simplemente por no haber usado un preservativo”, expresó la mujer.
Las estadísticas, le dan la razón: tanto en el país, como en la provincia, los nuevos casos se dan mayormente en adultos de entre 25 y 40 años, heterosexuales, que no usaron preservativo: “Yo tengo 50 años, y si no tuviera el virus, muy pocos profesionales me preguntarían si me hiciste el test; todos te piden el pap, o la mamografía, ¿y el VIH? debería incluirse en el análisis de rutina”, comentó Doris.
Prevención y responsabilidad
Luego, está la responsabilidad personal, Doris contó que muchas personas suelen decir que la pareja con la que estuvieron, no les avisó: “Y no, tu salud, no es responsabilidad mía. Yo tengo el derecho a no decirlo, porque la ley me ampara por un tema de confidencialidad. Por una cuestión de moral y ética, te lo digo. Pero es la persona negativa la que tiene que cuidar su salud, justamente para mantenerse en ese estado negativo. Porque te podés cruzar con alguien que te dice, como yo. Pero otras no te dicen, por miedo a que los rechacen”, sostuvo Doris.
Y reconoció: “Avanzar se avanzó muchísimo, en cuanto a la medicación, o a nivel científico, el poder tener hijos, el hecho que pase a ser un virus crónico. Antes no, vos tenías una fecha, sabías que ibas a vivir cinco o diez años…”.
“La verdad es que cuesta -siguió contando Doris-. Sabés que tenés que tomar medicación todos los días; y cuando sos más joven y querés salir a bailar, o tomar algo, al no haber mucha información no sabías como manejarlo. Hoy es muy diferente la calidad de vida. Yo sigo tomando la medicación para el VIH, pero, a la vez tengo que tomar la aspirineta para el corazón, la pastilla de la presión, entonces no es que por el VIH solamente. Entonces, avanzar se avanzó mucho, en lo único que no se avanza es en la cabeza, en abrir mentes”.
Yo hoy tengo trabajo, pero cuando esto se termine a dónde voy yo. Primero por la edad, obviamente, pero también está el tema de que te mandan a hacer los análisis de VIH, sin tu consentimiento, entonces directamente te rebotan. Y eso está mal. Más que nada por las generaciones siguientes, porque los de mi generación ya estamos todos grandes, pero somos de los primeros que hemos tenido hijos, en esta condición, y tenemos hijo sanos, o tal vez no, y esos chicos, son lo que hoy tienen que estar trabajando.
Miedo y discriminación
Doris, recuerda aún, épocas en las que no sólo ella, sino también sus hijos fueron discriminados, por ser ella VIH positivo: “Había una época, en la que en las piletas de natación había carteles que decían ‘personas con VIH, no pueden ingresar a las piletas’; y todavía hoy hay personas que no saben las formas en que no se transmite el virus. Además de prevención, creo que hay hacer mucho en el tema educación. Saber que una persona con VIH, no pone en riesgo al otro por estar no más; pensar además, que antes del virus está la persona”, insistió Doris.