Nuestra provincia es la que posee mayor voluntad manifiesta de donantes de órganos. En el Día Nacional de la Donación de Órganos, El Sureño conversó con el CUCAI Tierra del Fuego para saber cuáles son las particularidades de estas intervenciones que comparten vida, aún después de la muerte.
RIO GRANDE.- Gabriela Bidoni del Mestre es una de las administrativas que trabaja día a día con el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA). En este sistema se ven todas las personas que esperan donantes para recibir un corazón, riñones y hasta córneas.
El proceso para donar órganos empieza en vida: “Yo como persona viva manifiesto que en mi muerte mis órganos sean donados. Pero quien lo tiene que respetar a eso es la familia. Por lo cual cuando uno manifiesta su voluntad, por la positiva o por la negativa, tiene que hablarlo con la familia, tiene que informarlo. Es algo que tiene que ser una decisión familiar”, recalcó Bidoni.
La experta aseguró que puede ser muy difícil tomar una decisión así en el mismo momento en que se recibe la llamada de la policía o el hospital, para comunicar la muerte encefálica de un familiar.
En el mismo momento que una vida termina otra puede volver empezar. Por esto, la precisión y rapidez son esenciales:”Se avisa al INCUCAI. Nosotros vemos si esa persona es donante por la afirmativa o presunta (que es aquel que nunca se manifestó) y en estos casos quien decide es la familia”, explicó Bidoni del Mestre.
“Nos fijamos en el SINTRA y si me dice que es una manifestación negativa hacia la donación, directamente no se inicia ningún proceso con ese paciente”, recalcó.
Hay dos formas en las que a una persona se la puede declarar fallecida: cuando es muerte cardíaca o cardio respiratoria; y cuando hay muerte encefálica, que es cuando muere el cerebro. Esto puede suceder por muchísimas causas. Pero para ser un donante de órganos debe haber una muerte encefálica.
“Muchos creen que porque el corazón sigue bombeando la persona está viva, pero no es así. El corazón sigue bombeando porque está conectado a unos aparatos que ayudan a que eso suceda. Pero si el cerebro no tiene impulsos eléctricos, no puede dar órdenes a ningún órgano para que funcione”, detalló Bidoni del Mestre.
Cuando se declara la muerte encefálica y se tiene conocimiento de la voluntad de donar del paciente, los médicos comienzan el proceso para mantener el cuerpo en condiciones de donar esos órganos. Durante aproximadamente 12 horas se realizan varios estudios médicos. Entre ellos, un estudio para determinar la compatibilidad del donante con el receptor del órgano. Recién ahí entra a quirófano y se preparan los órganos para ser ablacionados.
No todos los órganos tienen la misma ventana de tiempo desde que se retiran del donante hasta el momento en que se trasplantan: “Por ejemplo, un corazón, desde que se saca del donante hasta que se pone en el trasplantado, no tiene que pasar más que una hora. Tiene que ser todo muy rápido. Ningún corazón de la provincia se puede trasplantar sino para ciertos procedimientos, porque a cualquier lugar tardás tres horas en llegar”, ejemplificó Gabriela.
Con cada donante hay posibilidad de ayudar hasta a once personas a recuperar su vida. Es un proceso delicado, preciso, en que de forma muy ordenada deben obtenerse los órganos para que cada equipo de cirugía esté listo para recibir y colocar ese órgano en el trasplantado.
“Tenemos estas doce horas en las que se realizan los estudios, entre ellos los de compatibilidad. Por lo cual, ni bien se sabe qué paciente es compatible, se llama al equipo de trasplante, el INCUCAI o nosotros nos comunicamos con el paciente y a veces viaja el paciente con sus médicos. Nos ha pasado que tuvimos tejidos para trasplantar y por razones climáticas se perdieron los vuelos. Ese órgano, lamentablemente, no pudo ser trasplantado. Pero es algo que sucede al ser aerodependientes y estar sujetos a las inclemencias climáticas. Somos una isla, no nos tenemos que olvidar. El doctor ha estado casi 48 horas despierto en un proceso de donación”, relató la administrativa.
Y agregó: “Primero se hace todo lo posible, por horas, para salvar la vida. Si no se consigue y la persona fallece, inmediatamente comienza el proceso para la donación y realmente a veces son horas que se hacen días”.
En Argentina rige la Ley Nacional 26.928 de protección integral para personas trasplantadas y en lista de espera. Ésta establece que las personas trasplantadas y en lista de espera, mediante una credencial, acceden a ciertos beneficios relacionados con la medicación, transporte y otras cosas más.
“Nosotros tenemos una página de facebook, que es CUCAI Tierra del Fuego, ahí todos los que tengan dudas pueden entrar y consultarnos. También tenemos Instagram, que también es Cucai Tierra del Fuego. Nosotros les vamos a contestar todas las dudas”, invitó Gabriela Bidoni del Mestre.
En este momento en Tierra del Fuego hay 29 pacientes en proceso de inscripción y 53 pacientes en lista de espera. Y en la provincia hay también muchos pacientes trasplantados que hoy pueden seguir haciendo su vida gracias a un trasplante exitoso.
Las personas que quieran manifestar su voluntad lo pueden hacer a través de www.incucai.gov.ar, conectándose a CUCAI TDF, a través de las redes sociales, o presentándose en el Hospital de Río Grande con los licenciados Iván Solís y Sandra Rojas, coordinadores hospitalarios de tejidos del CUCAI.
CUCAI Tierra del Fuego, cuenta con una página de facebook e Instagram: “Nosotros les vamos a contestar todas las dudas”, invitó Gabriela Bidoni del Mestre.