Dos museos malvineros serán reconocidos por veteranos de guerra

Uno de ellos fue fundado por un niño y exhibe una colección de recuerdos de la guerra en su casa de Saladillo, San Luis. El otro es el Museo La Paloma, instaurado por una familia en una escuela rural abandonada, cerca de Sierra de la Ventana.

RIO GRANDE.- El Museo Malvinas de la localidad de Saladillo, San Luis y el Museo La Paloma de Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires, recibieron un reconocimiento de parte de los veteranos de Guerra de Berazategui, al ser nominados al Premio Destino Malvinas 2025.

Este reconocimiento, en la categoría de Museo Histórico Cultural, busca destacar la labor de quienes trabajan incansablemente por mantener viva la memoria de la gesta desde distintas áreas. Los ganadores se anunciarán el próximo 29 de marzo en una ceremonia especial.

El Museo Malvinas, de Saladillo, tiene una exhibición permanente con objetos de la guerra y está ubicado en una vivienda de la mencionada localidad puntana, distante a 54 kilómetros de la ciudad de San Luis por la ruta provincial 20.

Su fundador es Felipe Villlegas quien concibió la idea de crear un museo a los seis años y hoy, con 12, sigue recibiendo donaciones de veteranos de todo el país.

El Museo de Saladillo atesora objetos donados por veteranos de guerra de todo el país.

“Una vez en la escuela vi un video de Zamba, sobre Malvinas, y me encantó. Empecé a preguntar y preguntar más y los veteranos me empezaron a regalar todo esto”, contó el niño con entusiasmo.

A Felipe lo ayuda una asociación que fundaron su mamá y algunas tías, y la mayoría de lo que tiene en exhibición son donaciones de veteranos que han viajado desde todo el país a reconocer su compromiso de una causa más viva que nunca.

“Tengo cascos, revistas y cosas que pasaron por la guerra. En la pandemia me las mandaban por encomienda, ya que no se podía viajar, pero ahora me los traen hasta acá, se vienen desde cualquier parte y me traen recuerdos. A ellos les emociona mucho, se ponen muy contentos y me dicen que soy un crack”, contó con orgullo.

El museo puede identificarse fácilmente por un mural ubicado en el lugar que reza: “El soldado no muere en el frente de batalla, muere cuando su Patria lo olvida”.

Con la nominación de su museo al premio internacional Destino Malvinas 2025, el niño tendrá la oportunidad de viajar a Berazategui para participar de la ceremonia y conocer a veteranos de diferentes lugares del país. Más allá del galardón, el niño expresó que “ya es suficiente para mí que nos hayan tenido en cuenta”.

El museo La Paloma, de Cristian Kurtz y Carina Lagleyze, también conserva valiosos objetos malvineros.

Además de mantener viva la causa Malvinas en su provincia, Felipe logró hacer conocer su pueblo, una localidad del Departamento Saladillo, provincia de San Luis, con menos de mil habitantes.

Allí cada año llegan veteranos de Guerra de todo el país para conocer al protagonista de esta iniciativa inspiradora y acercar sus donaciones a la colección.

Otro museo nominado

También se encuentra nominado al premio de carácter internacional el Museo La Paloma, fundado en 2012 por Cristian Kurtz y Carina Lagleyze en una escuela rural abandonada, ubicada en un paraje a 9 km de Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires.

El Museo La Paloma es un espacio singular, nacido por iniciativa de un matrimonio y con el aporte de muchas personas que conformaron una asociación civil.

Su particularidad radica en que se instaló en una escuela rural que cerró sus puertas en 2008 y debió ser completamente restaurada tras años de abandono.

Hoy es visitado por turistas y también por instituciones educativas interesadas en acercar a los niños a las temáticas que se presentan en las distintas salas.

El Museo de La Paloma no solo rinde homenaje a los héroes de Malvinas, sino que también busca transmitir el respeto por la tradición, la cultura y la historia argentina a las futuras generaciones.

Entre otros objetos de gran valor histórico, La Paloma atesora un suéter de un sobreviviente del Narwal con marcas de esquirlas, la capa del primer herido de Malvinas, Ernesto Urbina; una balsa del Crucero ARA General Belgrano y la gorra del Capitán Giachino, donada por su hermano Alejandro Giachino.

«Nuestro museo es un homenaje a los que regresaron y a los que se están yendo, y también se hizo pensando en nuestros pequeños, quienes seguirán sembrando la semilla de Malvinas», dijo su fundadora.

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