Visitar las dunas de Tatón, Saujil y Medanitos, al norte de la localidad de Fiambalá, es como viajar al Sahara. Es uno de los paisajes más increíbles de Argentina, un lugar único para experimentar la magia del desierto y disfrutar actividades como sandboard, safaris fotográficos y expediciones en cuatriciclos o 4×4.
CATAMARCA.- Pocos paisajes de nuestro país son tan hipnóticos (y desconocidos) como las dunas de Tatón. Situado en la provincia de Catamarca, este mar de arena contiene algunas de las dunas más grandes del mundo, como la duna Federico Kirbus, de más de 1.200 metros de altura.
Acá, como en los grandes médanos de cualquier desierto o zona costera, la escenografía cambia constantemente por la fuerza del viento. Una curiosidad es que este destino fue uno de los finalistas del concurso 7 Maravillas Naturales de Argentina, aunque finalmente no formó parte de la lista ganadora.
Qué hacer
Las actividades preferidas de quienes visitan la zona son el sandboard y las travesías en 4×4. De hecho, el lugar forma parte del rally Dakar y es elegido por muchos pilotos para prepararse antes de la competencia. Quienes prefieran la tranquilidad pueden dedicarse a caminar o a sacar fotos: el paisaje es alucinante.
Datos útiles
Las dunas de Tatón se encuentran en el departamento de Tinogasta, Catamarca. Se parte de Fiambalá por la ruta nacional 34 y se pasa por Sajuil y Medanitos, y desde ahí se toma la ruta provincial 135 durante 30 kilómetros hasta Tatón. El lugar puede conocerse de forma particular o mediante alguna de las excursiones que se ofrecen en Tinogasta y en Fiambalá.
Las dunas se pueden visitar todo el año, aunque en verano no es aconsejable por el calor. ¿El mejor momento? Al atardecer. Fuente Voy de Viaje – Fotos Carolina Cabrera.
Maravillas de Argentina
Ubicadas en las cercanías del pequeño pueblo de Tatón, se encuentra este mar de dunas majestuosas que oculta un tesoro: la bautizada como “Federico Kirbus” es la más alta de todo el mundo: posee 1.230 metros. Su base está a 1.615 metros sobre el nivel de mar y su cima a 2.845 metros. Es casi un 30% más elevada que la que le sigue, la “Duna Grande”, que se alza en Ica, Perú. Sin embargo, la totalidad de esta formación geológica es impresionante. Tanto, que sus dunas fueron calificadas por el geólogo Alfred Stelzner como “glaciares de arena”.