Duras declaraciones del capellán Caballero Karanik

Capellán Pablo Caballero Karanik.

Con frases polémicas, el capellán castrense del Área Naval Austral Ushuaia (ANAU), Pablo Caballero Karanik, se refirió al proyecto de ley de despenalizar el aborto y que ya cuenta con media sanción en Diputados.

RIO GRANDE.- El capellán castrense del Área Naval Austral Ushuaia (ANAU), Pablo Caballero Karanik, mantuvo una charla con El Sureño en el marco de una visita que el Presbítero realizó a esta ciudad. En la oportunidad, manifestó su posición respecto del proyecto de ley que se impulsa en el Congreso respecto de la despenalización del aborto.

Karanik explicó que la posición de la defensa de la vida “no es una cuestión de religión” y se remitió a uno de los 10 mandamientos de ‘no matar’ porque “uno debe defender la vida desde su concepción, hasta su muerte natural”. Sin embargo lamentó que se haya ido gestando, “mediante esta ingeniería social, que se impone culturalmente y que, frente a situaciones como la que estamos padeciendo en nuestro país, lleguen a lograr hasta una media sanción en la Cámara de Diputados”.

Dijo que la posición de la Iglesia es la de defender la vida. “Como creyente, y como ministro de la Iglesia, es Dios el que da la vida, y es Dios el que la quita y no existe ninguna potestad humana y ninguna ley que que prive de la dignidad de la persona a su derecho a vivir”.

“Es lamentable lo que está ocurriendo en nuestra Patria”, sentenció y dijo que “como argentinos estamos muy consternados de que se lleve a cabo esta aprobación tan aberrante y abominable”.

En tanto, se refirió a las palabras del Papa Francisco, quien definió comparándolo con una situación histórica de la humanidad como lo fue el nacismo. “O sea, esto es lo mismo que hicieron los nazis pero con guantes blancos. Esa fue una expresión fuerte porque es un genocidio lo que están proponiendo” y recalcó que “el énfasis de la Iglesia Católica se basa en defender al más vulnerable”.

Por otra parte aseguró que “esto está probado científicamente que el embrión es una persona distinta al ser materno” y “debemos tener estos conceptos claros” y también “tenemos que tener en claro que obviamente la mujer es vulnerable y, desgraciadamente, es la madre la que siempre sufre”.

Al referirse de la responsabilidad de la madre lo comparó con su enseñanza. “Yo, cuando les hablo a los marinos, les recalco que deben ser responsables con todo lo que hacen porque, en este caso, traer una vida al mundo es un acto de mucha responsabilidad y uno no puede desprenderse de una vida como si fuera cualquier cosa” y agregó que, “hay que acompañar, contener, a la mujer que lleva en su seno a una vida. Desgraciadamente, muchas de las mujeres que quedan embarazadas, tienen una presión psicológica, familiar o social y quedan en una posición muy vulnerable y coartada y se llega a ese acto que es la de quitarle la vida a esa persona que lleva en su vientre”.

Nuevas ideas

Respecto del surgimiento de este tipo de ideas o iniciativas que movilizan a miles de personas en todo el mundo, dijo que existe un protocolo internacional. “Esto no es una particularidad de nuestro país sino que existen y son los que impulsan estas corrientes y son los que bajan líneas”. Recordó que “la que Argentina ya tuvo sanciones por manifestarse de manera contraria” entonces “hay ciertas cosas que exceden a nuestra soberanía nacional y a nuestra constitución, que presionan para que se llevan adelante estos controles de natalidad que luego, nos podría llevar a la eutanasia, como pasó en Holanda o Bélgica”.

Agregó que, en el mundo, “existen instituciones como lo son algunos medios de comunicación que reciben inyecciones crediticias para impostar ese modo de pensar lo que, generalmente, se lo denomina formadores de opinión. Esto se va impostando culturalmente y, con el correr del tiempo, se va transformando en algo normal. Eso lo tenemos también en nuestros colegios católicos”.

Se posicionó como un hombre de la cultura de la vida y, en ese contexto subrayó que “tenemos que subsanar estos errores que hoy vemos que tenemos en la sociedad que aprueba estas cosas y que se degrada”. Recordó a la Madre Teresa de Calcuta quien luchó siempre y “como mujer valiente se presentó ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y pidió que no sean abortados los niños, que se los den a ella, que ella los va a criar”.

Por otra parte prefirió no mencionar “algunas cosas que se hacen con ese pequeño niño que se aborta en el que existe una trama en la que no es necesario ver películas de Hollywood para darse cuenta” y pidió perdón por decirlo de esa manera.

Se mostró incrédulo de que haya tanta indolencia natural en esto al que calificó de homicidio.

Finalmente el eclesiástico abogó por “educar desde las virtudes, desde la familia. Es a la familia a la que hay que educar. Hay que enfatizar en los más pequeños sobre los valores, el sacrificio, la autoridad del papa y de la mamá” y que “haya un orden sin caer en los extremos”, por eso “es muy importante trabajar desde la familia ante esta transformación cultural que no es un avance sino un retroceso”.