Las mascarillas, guantes, botellas y empaques plásticos de comida están inundando calles, vertederos y océanos durante la Covid-19 y constituyen una grave amenaza para los ecosistemas, advirtió un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
BUENOS AIRES.- “La contaminación por plásticos ya era una de las más grandes amenazas a nuestro planeta antes del coronavirus. El rápido aumento en el uso diario de ciertos productos que ayudan a proteger a las personas y a detener la propagación del virus está empeorando las cosas“, aseguró en un comunicado Pamela Coke-Hamilton, directora de Comercio Internacional de la Unctad.
Aunque las medidas de confinamiento alrededor del mundo generaron una caída del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de los desechos plásticos que ya se ve en calles, playas y océano está teniendo un impacto negativo en la naturaleza, advirtieron.
Se pronostica, por ejemplo, que las ventas globales de mascarillas desechables se incrementarán de 800 millones de dólares en 2019 a 166.000 millones en 2020, según estimaciones de la consultora Grand View Research.
La Unctad también precisó que las medidas de distanciamiento social están generando un aumento de envío de productos a los hogares envueltos en una gran cantidad de materiales descartables.
Como efectos negativos indirectos de los desechos de plástico para la pesca, el turismo y el transporte marítimo, se generan unos 40.000 millones de dólares en pérdidas cada año, calculó el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
“La producción y el consumo de plástico son parte de un sistema global que tiene muchas dimensiones comerciales. Sin embargo, el papel importante que las políticas comerciales mundiales podrían tener en la lucha contra la contaminación por plásticos no trajo la atención que se merece”, dijo Coke-Hamilton.
Si bien el número de medidas comerciales notificadas a la Organización Mundial del Comercio (OMC) aumentaron un 28% al año durante la última década, para Coke-Hamilton la política mundial fue “descoordinada”.
“La manera en que los países usaron las políticas comerciales para combatir la contaminación por plásticos fue descoordinada en su mayor parte, lo cual limitó la efectividad de los esfuerzos. Hay límites de lo que cualquier país puede lograr por sí solo“, aseguró la directora.
Además de regular la producción y el consumo de plásticos, la Unctad instó a los gobiernos y a las empresas a identificar sustitutos del plástico que no sean producidos a partir de combustibles fósiles como vidrio, cerámica, fibras naturales, papel, cartón, cáscara de arroz, caucho natural y proteínas animales.