Las pericias confirmaron que hubo una desconexión de los tensores entre los comandos del piloto y del copiloto, vinculados a los alerones de la aeronave. Ahora falta determinar las responsabilidades personales.
RÍO GRANDE.- El doctor Francisco Ibarra quien representa a la familia de la enfermera Torres García una de las víctimas de la catástrofe aérea ocurrida hace casi dos años en esta ciudad, informó “Ya existe una información de la Junta de Aviación en su informe preliminar y del informe del perito del Poder Judicial, designado por el Poder Judicial, en donde se nos indica la causa precisa o esencial en este siniestro”.
En declaraciones a Aire Libre Ibarra detalló, además, que se conoció la falla por la cual se produjo el accidente: “Hemos avanzado con respecto a la pericia, que estaba a cargo de un técnico y de un ingeniero técnico aeronáutico. Ya hemos logrado determinar cuál ha sido la causa del siniestro y ahora es necesario lograr cerrar las distintas acreditaciones a los efectos de empezar con el análisis de las responsabilidades”.
En este sentido destacó que la semana pasada declararon varios testigos, entre ellos pilotos y copilotos y también técnicos de Lear Jet y está previsto que esta semana declaren más testigos para seguir avanzando sobre esa cuestión.
El accidente ocurrió el 1º de julio de 2022 a las 14:30 hs. cuando un avión sanitario que acababa de despegar del aeropuerto de Río Grande se estrelló a pocos metros del lugar donde levantó vuelo. En el acto murieron las cuatro personas que viajaban en la aeronave: Claudio Canelo (52), piloto principal, y Héctor Vittore (51), que era el copiloto; el médico Diego Ciolfi (56) y la enfermera Denise Torres García (30) que habían dejado un paciente pediátrico de cinco meses, y regresaban a Buenos Aires.
“Tenemos acreditado que la causa real se produjo por una desconexión entre los comandos del piloto y del copiloto, de los tensores que vinculan a este comando piloto y copiloto, que a su vez están vinculados con los alerones de la aeronave. Esto es lo que produjo ese siniestro”, señaló Ibarra.
“Ahora, en esta parte importante de la instrucción es a los efectos de determinar responsabilidades. Es decir, que no hubo una falla del piloto y copiloto en el comando de la aeronave, sino que hubo otro tipo de falla, pero también involucra a las personas”, agregó
El letrado también indicó que “no puedo decir que no hubo responsabilidades tampoco de piloto y copiloto, hasta tanto la investigación no esté concluida. Eso yo no lo puedo manifestar. Lo que sí puedo manifestar es que conforme el resultado de las distintas pericias que se han realizado, tenemos esta falla importante, esencial en la aeronave, que se refiere a la vinculación entre el comando del piloto y del copiloto, entre estos tensores que vinculan ambos comandos, es lo que produjo este siniestro”.
El abogado agregó que esta información fue corroborada tanto por la Junta de Aviación como por el perito designado por el tribunal, razón por la cual se puede dar a conocer.
En cuanto a la falla en uno de los motores, Ibarra concluyó que “existe toda una respuesta técnica a ello, aunque todo esto es objeto de la pericia del informe final que tiene que realizar el perito designado, que es el ingeniero Cafaro”.