El centro Ana Frank de Argentina reabre sus puertas

El centro Ana Frank de la Argentina reabrirá sus puertas el próximo 12 de junio con una renovada colección, que tiene como fin ofrecer al público nuevos objetos en exhibición.

BUENOS AIRES (NA).- En una entrevista con Noticias Argentinas, Menno Metselaar, miembro del equipo de la Anne Frank House de Ámsterdam, y Gabriel Miremont, museólogo a cargo del proyecto de modernización, compartieron algunos detalles sobre la reinauguración prevista para mediados de este año.

“No solo trabajamos el tema de accesibilidad física, sino también accesibilidad intelectual. Tratamos de buscar textos que tengan varios niveles de lectura, pero con un léxico entendible y dinámico”, remarcó Miremont.

El museo necesita del objeto como punto de partida para el relato.

Metselaar contó que en los Países Bajos desarrollaron un video en YouTube en el que Ana no recibe un diario por su cumpleaños, sino una cámara de video, y ella se filma mientras te habla sobre lo que está viviendo.

“Para nosotros, fue encontrar una nueva forma de contar la historia y llegar a una audiencia que tal vez no le guste leer tanto, por ejemplo”, sostuvo.

Con el objetivo de llegar a una mayor cantidad de público a través de la historia, Metselaar destacó que “el diario y la historia de Ana permiten tantos otros puntos de partida para temas importantes”.

“Se puede hablar sobre el antisemitismo y la libertad”, y dejó en claro que el desafío es “encontrar las formas correctas de hacerlo”, añadió.

La actualización del museo contempla la accesibilidad para personas en sillas de ruedas, subtitulado en todo el material audiovisual para aquellos con discapacidad auditiva, y para personas no videntes se implementarán códigos QR sonoros, dado que, según Miremont, el braille carece de utilidad en un espacio tan reducido.

Nueva exposición, nuevos objetos

“El museo necesita del objeto como punto de partida para el relato”, planteó Miremont durante el acto de presentación de la renovación del museo.

Entre los objetos presentados por Metselaar, que serán incluidos en la nueva exposición del Centro, aparecen: álbum privado de los Juegos Olímpicos en Berlín, 1936; constancia por las “elecciones” del 12 de noviembre de 1933, por el distrito electoral de Merseburg (Este de Alemania); billetera de “Handels- und Gewerbebank” con billetes y notas de bancos de diferentes denominaciones, de entre 1922 y 1923.

También aparecen: Notas de Reichsbank (banco nacional), del Estado (Württemberg), de la compañía Nacional Ferroviaria y de ciudades (Waiblingen and Göppingen); cupones de racionamiento para alimentos utilizados en los Países Bajos, entre el 9 de julio y el 5 de agosto de 1944. Como todo era escaso, la gente recibió una cierta cantidad de cupones de racionamiento que les permitió comprar alimentos específicos; triángulos de metal usados en los campos de concentración. El color era usado para marcar a diferentes grupos de prisioneros. Por ejemplo, el rojo era usado para prisioneros políticos, el verde para “criminales”, el negro para “asociales”. Por lo general, estaban hechos de tela y eran usados en los uniformes. Hasta ahora no se ha podido identificar en qué campo se han usado los de metal.

La nómina se completa con: libros que escondían cosas. En uno de los libros había espacio para documentos, en el otro había una radio escondida, ya que estaba prohibido escuchar la radio en los Países Bajos ocupados; soldaditos para jugar con los chicos en la Alemania nazi de 1930. Son figuras de la SA, la SS, la juventud hitleriana y la BDM (Liga de Mujeres Alemanas, organización nazi para mujeres).

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