En el 2002 se dio el primer enfrentamiento armado de España en democracia y fue en el Islote Perejil.
ESPAÑA.- La Isla Perejil es un islote que se ubica en el estrecho de Gibraltar, de tan solo 0,15 kilómetros cuadrados, y que se encuentra deshabitado. Alrededor de este lugar hay un conflicto territorial abierto entre Marruecos y España. De hecho, se produjo un enfrentamiento armado entre ambos países en pleno siglo XXI, concretamente, en el año 2002.
Las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos se fueron tensando con la llegada al trono de Mohamed VI, lo que produjo la retirada de su embajador en España. Además, otras cuestiones, como los acuerdos pesqueros o el apoyo del Gobierno español al censo de saharauis hicieron empeorar aún más las relaciones entre los países, que trataron de solucionarse de forma diplomática.
Sin embargo, de poco sirvió, ya que el 11 de julio del año 2002, un grupo de marinos marroquíes desembarcaron en el islote y colocaron unas banderas de Marruecos en él, mientras una patrulla de la Guardia Civil se acercaba a ver cuál era la situación.
Se produjo un enfrentamiento entre los marroquíes que allí se encontraban y los agentes de la Guardia Civil, que decidieron marcharse y comunicar la situación. Así, tras conversaciones entre los ministros de Exteriores de ambos países, el pronunciamiento de la ONU a favor de España, que instó a Marruecos a la retirada de sus tropas, así como las declaraciones de la OTAN y el ultimátum a Marruecos por parte de España para la retirada de sus tropas en el islote, comenzó el 17 de julio de 2002 la conocida como Operación Romeo-Sierra.
Operación Romeo-Sierra
La Operación Romeo-Sierra se llevó a cabo para el desalojo de los militares marroquíes del Islote Perejil, lo que supuso el primer enfrentamiento armado tras la instauración de la democracia en España.
Así, las tropas españolas tomaron el Islote Perejil, detuvieron a los marroquíes y evitaron que nuevas tropas entraran en el territorio, tras lo cual se firmó un acuerdo entre España y Marruecos, de tal modo que la isla volvía a quedar deshabitada, en el mismo estatus anterior y que se mantiene hoy en día.