El dolor del ARA San Juan, reflejado en la Carpa

El velador perteneciente al Principal Luis Alberto Niz, junto a la réplica del ARA San Juan.

En la Carpa de la Dignidad estuvo Néstor Rafael Enriquez, un riograndense oriundo de Salta quien es hermano de Víctor Marcelo Enriquez, suboficial 2° Comunicante, tripulante del ARA San Juan. “Yo fui el último que vio a mi hermano acá en Ushuaia”.

El familiar lamentó la decisión de las Fuerzas Armadas porque “mi hermano anteriormente venía a Ushuaia y se quedaba unos días conmigo, pero al final no le daban permiso porque no se podían retirar a más de 40 kilómetros de su unidad”.

“Antes de que partieran, nos comunicábamos casi todos los días y siempre hablábamos de todo un poco” relató.

Con voz pausada dijo que “hoy mi hermano, junto con el resto de la tripulación, está desaparecido y aún no tenemos certezas de lo que ocurrió”.

Recordó que “lo último que nos dijimos cuando nos vimos fue que al regreso íbamos a festejar su cumpleaños, que fue en diciembre y uno de mis sobrinos también cumple años en diciembre; pero todo se truncó”.

Señaló que Víctor Marcelo tiene dos hijas, una de 11 y otra de 5 años que actualmente se encuentran en Mar del Plata, que es donde está su casa.

“Hoy tengo la incertidumbre, al igual que todo un país, es que no sabemos la verdad de lo que pasó.

Los familiares tenemos que contratar a una empresa privada para que continúe buscando al ARA San Juan para que tarde o temprano se sepa la verdad”.

Recalcó que, “a considerar el tiempo que ha pasado, que son más de 132 días, conservamos la esperanza de que los busquen y los encuentren estén como estén para que todos los familiares podamos cerrar esta herida”.

Para finalizar dijo que “hoy me gustaría darle un abrazo a mi hermano que es lo que todos queremos”.

Velador

El velador (realizado con un frasquito) pertenece a uno de los tripulantes que se encuentra en el ARA San Juan. Llegó a la carpa porque lo trajo Roma Alancay, luego de la misa oficiada en la Parroquia Sagrada Familia del B° Intevu.

El cura puso 44 velas con el nombre de cada uno de los tripulantes y los bendijo. Al finalizar la misa, Roma se trajo uno y es el del Principal Luis Alberto Niz.