El presidente Alberto Fernández encabezó ayer el primer congreso del Frente de Todos y afirmó que el «enemigo» no está en el oficialismo, sino que el «verdadero peligro» es que su antecesor, Mauricio Macri, «ande paseando por los canales dando cátedra de gobernabilidad».
BUENOS AIRES (NA).- «Tenemos que construir la mayor unidad. Tenemos un común denominador que nos obliga a producir más, a generar más trabajo formal y a distribuir más correctamente la riqueza. Son los tres pilares que nos mueven. Terminar con la pobreza es un imperativo que tenemos», sostuvo el mandatario.
Al cerrar el primer congreso del Frente de Todos en la ciudad chaqueña de Resistencia, el Jefe de Estado se refirió a los cuestionamientos que recibió de parte de varios referentes de La Cámpora y afirmó que «un compañero que critica no es un enemigo: el tiempo dirá si tiene la razón o no».
«No dejen que nos dividan. Nunca más debemos dividirnos. El día que nos dividimos Macri fue presidente. Pongámosle al Frente de Todos toda la fuerza que necesita. Y transitemos juntos el tiempo que queda de gobierno para volver a darle en el 2023 a los argentinos la alegría que merecen, que es tener un gobierno que se ocupa de ellos», subrayó.
En su discurso, Alberto Fernández profundizó: «Tenemos que construir una patria que nos una; dejar de lado las diferencias que podamos tener. Lo que discutimos es por qué camino llegar, pero no discutimos los grandes temas».
«Entre nosotros las diferencias no están dadas en la cuestión de fondo, sino que asoman por las formas, por los modos, por los caminos a tomar para alcanzar el objetivo que todos buscamos. El enemigo nuestro no está en el Frente de Todos, el enemigo es esa derecha maldita que una vez más quiere volver a someter al pueblo argentino», vociferó.
Y ahondó: «Que no nos confundan. Entre nosotros no hay enemigos. No pierdan de vista dónde está el verdadero peligro: el verdadero peligro es que esa derecha impiadosa, que tuvo un presidente que generó el mayor desastre social que la Argentina recuerda, que nos endeudó como nadie se había animado, ande paseando por los canales dándonos cátedra de gobernabilidad. Eso es lo peor que nos puede pasar».
Tras afirmar que los dirigentes de la oposición «van por sus derechos», el Presidente aseguró que «a la Argentina le esperan décadas de producción y desarrollo».
E insistió: «Lo último que quisiera es que cuando ese desarrollo llegue, cuando ésos dólares lleguen, quienes gobiernen la Argentina sean los que se apropian de la riqueza y se olvidan del pueblo».
«La política tiene una ética, es la ética de la responsabilidad y nos obliga a sacar del fondo a los que están más postergados en nuestras sociedades. Para eso hacemos política, no para otra cosa», concluyó.