El Papa Francisco hizo una aparición histórica en la cumbre del Grupo de los Siete el viernes para hablar de los pros y los contras de la inteligencia artificial, y en la que los líderes del G7 se comprometieron a hacer frente a lo que calificaron de prácticas comerciales dañinas de China.
BORGO EGNAZIA, ITALIA (Reuters /NA) Por Andrea Shalal y John Irish.- La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anfitriona de la cumbre, invitó al papa y a otros jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el primer ministro de India y el rey de Jordania, en un esfuerzo por demostrar que el G7 no es un club distante y exclusivo.
“Nunca aceptaremos la narrativa que quiere a ´Occidente contra el resto´”, dijo Meloni en la reunión del viernes.
El papa, que llegó en silla de ruedas y fue recibido calurosamente por líderes como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su compatriota argentino, el presidente Javier Milei, reconoció la ambivalencia que rodea a la IA, afirmando que puede inspirar entusiasmo y ampliar el acceso al conocimiento.
“Pero, al mismo tiempo, podría traer consigo una mayor injusticia entre naciones avanzadas y en desarrollo o entre clases sociales dominantes y oprimidas”, afirmó el líder de los católicos de 87 años.
Los principales miembros del G7, entre los que también están Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón y Canadá, se habían centrado antes en el poder económico de China y en lo que consideran mercados desequilibrados en ámbitos como los vehículos eléctricos, el acero y las energías renovables.
En el borrador del comunicado de la cumbre, al que accedió Reuters, se subrayó que el G7 no pretendía perjudicar a China ni frustrar su desarrollo económico, sino “seguir tomando medidas para proteger a nuestras empresas de las prácticas desleales, nivelar el terreno de juego y remediar los daños”.
El G7 también advirtió de que tomaría medidas contra las instituciones financieras chinas que ayudaran a Rusia a obtener armas para su guerra contra Ucrania.
Durante el primer día de su reunión en el sur de Italia, los países del G7 llegaron a un acuerdo para conceder a Ucrania préstamos por valor de 50.000 millones de dólares, respaldados por los intereses de los activos rusos congelados.
Sin embargo, Meloni, que encabeza un Gobierno de derechas, se topó con aguas turbulentas por el tratamiento de temas sociales delicados en el comunicado que resumía la labor del G7.
Los líderes del G7 no hicieron ninguna referencia directa al aborto en su comunicado final, e Italia se negó a ceder a la presión francesa para incluir la palabra. El borrador también suscitó acusaciones de diluir el apoyo a los derechos LGBTQ en comparación con el comunicado en la anterior reunión de líderes en Japón.
Italia dijo que se trataba de una tormenta diplomática en una taza de té y argumentó que el G7 no había cambiado su postura en ninguno de los dos temas.
(Crispian Balmer, Andrew Gray, Angelo Amante y Thomas Escritt. Redacción de Keith Weir. Edición en español de Javier López de Lérida).
CRÉDITO FOTO PORTADA: La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, saluda al papa Francisco durante su asistencia a la cumbre del G7, en el complejo Borgo Egnazia, en Savelletri, Italia. Foto NA: Vatican Media/Handout via REUTERS