El monóxido de carbono es un gas venenoso

Cada año unas 200 personas pierden la vida en el país a causa de intoxicaciones con monóxido de carbono, un peligro que recrudece con cada ola de frío, muchas veces por el mal uso de calefactores, termotanques y calefones.

BUENOS AIRES (NA).- El monóxido de carbono es un gas venenoso, sin color ni olor, conocido como “el asesino invisible”. Este gas se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales tales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gas oil y nafta.

Valeria El Haj, directora médica nacional de OSPEDYC comenta que “al ser tan imperceptible, es necesario tomar medidas preventivas.

El monóxido ingresa al cuerpo a través de la respiración y va reemplazando al oxígeno en el torrente sanguíneo, provocando la hipoxia de los tejidos, lo que conlleva al sufrimiento de distintos órganos, principalmente el corazón y el cerebro”.

Los médicos señalan que: “El principal peligro de este tipo de intoxicación es que en muchos casos las personas no son conscientes de los síntomas, los cuales pueden variar de un individuo a otro”.

Los síntomas

Los principales síntomas son el dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos, acompañados de cansancio, letargo o confusión, desmayo o pérdida de conocimiento, alteraciones visuales, convulsiones y por última instancia se da un estado de coma.

Los especialistas dicen que: “Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los más pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y aquellos que habitan en zonas de gran altitud”.

¿Qué hacer ante la sospecha de intoxicación por monóxido de carbono?

Se solicita abrir ventanas y puertas, salir a tomar aire fresco de inmediato, apagar los artefactos de gas, en otros casos se debe acudir con urgencia a un centro de salud u hospital y/o comunicarse inmediatamente con un servicio de emergencias médicas.

Control de instalaciones:

Para prevenir la intoxicación por monóxido de carbono es elemental el control de las instalaciones y el buen funcionamiento de artefactos, así como mantener los ambientes bien ventilados, a cargo de profesionales matriculados.

Además se necesita examinar especialmente las salidas al exterior de los artefactos a gas: hornos, calefones, estufas y calderas para asegurarse que están permeables y en buen estado.

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