El ministro de Economía, Sergio Massa, señaló el domingo que uno de sus principales objetivos es llegar a abril con una inflación del orden del 3%.
BUENOS AIRES (TÉLAM).- En diálogo con Futurock, Massa dijo que cuando asumió la conducción del Palacio de Hacienda “el objetivo fue bajar cada 60 o 65 días un punto la inflación” y que “el objetivo es llegar al mes de abril con una inflación que tenga al 3 por delante”.
En esa línea destacó que si bien se trabaja para eso, “la mirada no está puesta en el número de cierre de este año, sino en un recorrido que nos permita que ir al supermercado no sea imposible y que permita tener recuperación de ingresos”.
“Aspiramos a que la mejora del ingreso no solo se produzca por mejores paritarias o bonos, sino también por una reducción en la inflación”, argumentó y expresó que “la mayor deuda que tenemos como gobierno es alrededor de la recuperación del ingreso y el poder de compra de nuestros trabajadores”.
En ese sentido, afirmó estar seguro de que se continuará bajando la inflación “porque cuando ordenás las cuentas, cuando te proponés acumular reservas, cuando ordenás las tasas de interés y las alineás a las metas de política económica, cuando se hace un buen uso de los instrumentos económicos para lograr mejores ofertas de los sectores productivos para el consumidor, de alguna manera el objetivo lo lográs”.
También argumentó que en el caso del sector privado, monotributistas, trabajadores independientes y trabajadores de la economía informal, el impacto de la inflación es aún mayor, y dijo que “tienen una pérdida sostenida de ingresos porque son víctimas de la inflación”.
“Tenemos dos vías de conducta muy firmes, una en relación a la reducción de la inflación y otra en relación a la recuperación de ingresos por paritarias”, remarcó.
Asimismo, cuestionó a dirigentes de la oposición que demandan un proceso devaluatorio, sin explicar que ese tipo de medidas implican “hacerle perder valor a nuestra moneda y empujar a mayor cantidad de gente a la pobreza, así como destruir un momento en que la capacidad instalada de las empresas argentinas están en un alto nivel, con volúmenes de producción altos, lo que resta competitividad exportadora”.
En esa línea, comentó que en el mes de agosto, “Argentina tenía reservas negativas, en términos de libre disponibilidad, y hoy un conjunto de decisiones nos va a permitir cerrar el año con más de US$ 6.500 millones de reservas acumuladas propias más US$ 5 mil millones de libre disponibilidad a partir del acuerdo con China”.
También confirmó que Argentina se encuentra a la espera de la firma del acuerdo con Estados Unidos sobre intercambio de información fiscal, y destacó que le permitirá al país “tener información que hasta acá no tenía sobre ciudadanos argentinos que eluden su compromiso con el fisco a través de formación de activos externo y cuentas en el exterior que no declaran”-.
“El acuerdo está técnicamente cerrado y a la espera de la firma”, dijo, tras lo cual señaló que la rúbrica se produciría dentro de la semana que va del 28 de noviembre al 2 de diciembre.
Finalmente, se refirió al Fondo Monetario Internacional y expresó que en Washington y en el marco del Comité de Desarrollo, planteó respecto del costo de la guerra que “el hemisferio sur ya pagó la guerra porque el aumento del precio de los combustibles, de fertilizantes, de los granos, ya están reflejados en las cuentas públicas de los países de este hemisferio desde junio de este año”.
Asimismo, dijo que la discusión versa sobre quién absorbe los impactos económicos de la guerra, “qué líneas iba a absorber cada organismo multilateral”, y al respecto sostuvo que su intención “es que de alguna manera el FMI asuma la responsabilidad que le toca como prestamista de última instancia para el desarrollo de los países respecto del impacto de la guerra en el marco de un programa que está llevando adelante Argentina con el Fondo”.