Es muy importante para la salud que las personas estén atentas a los triglicéridos, incluso aquellas con bajo riesgo cardiovascular y cifras normales de colesterol. En este sentido, resulta fundamental llevar una dieta rica en omega 3 de pescado para evitar la aterosclerosis (acumulación de placas en las paredes de las arterias).
BUENOS AIRES.- Dolor en el pecho o en los brazos, falta de aire, sudor frío, fatiga o mareos repentinos son algunos de los síntomas que anteceden a un paro cardíaco. Y si bien los pacientes de riesgo cardiovascular alto tienen más posibilidades de desarrollar infartos o ACVs, aquellas personas con bajo riesgo cardiovascular y cifras normales de colesterol, pero con un elevado nivel de triglicéridos en el organismo, pueden sufrir aterosclerosis, una enfermedad caracterizada por la acumulación de placas en las paredes de las arterias, que ocasionan la obstrucción de la irrigación sanguínea.
Esta conclusión corresponde a un estudio español realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y publicado en Journal of American College of Cardiology. Las observaciones se llevaron a cabo sobre 3.754 participantes y los resultados señalaron que la hipertrigliceridemia (nivel de triglicéridos por encima de 150 mg/dl) impactó en la pared arterial al generar daño vascular en individuos de bajo riesgo, incluso con niveles de colesterol dentro de los parámetros normales.
“Este estudio es muy importante porque clarifica el papel de la elevación de los triglicéridos como factor de lesión arterial. Es el primero que los pone en relación con una fase muy precoz del proceso aterosclerótico, como es la fase subclínica, en la que las placas aún no han producido eventos clínicos, incluso con la inflamación vascular. Esto posibilita actuar de forma preventiva sobre ellas, para reducir su aparición y disminuir los posibles eventos cardiovasculares futuros. ¿De qué manera? Con una dieta rica en omega 3 de pescado”, destaca el doctor Ricardo Iglesias, Matrícula Nacional 58310.
El omega 3 es un ácido graso poliinsaturado muy importante y efectivo para la salud, ya que fortalece al organismo contra las enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis, trombosis y muerte súbita, entre otras. Además de disminuir las concentraciones de triglicéridos, balancea los niveles de colesterol, mejora el funcionamiento de los vasos sanguíneos y regula el trabajo de los glóbulos blancos que responden a los procesos inflamatorios.
El ser humano no es capaz de producir omega 3. Por eso debe obtenerlo a través de una alimentación saludable o de suplementos dietarios. Los principales ácidos grasos son el EPA y el DHA, presentes en el hígado de los pescados blancos magros, como el bacalao, y en el cuerpo de pescados grasos, como la caballa y el salmón.
También existe el omega 3 de origen vegetal, que se identifica con las siglas ALA y se encuentra en aceites como los de linaza, soja, chía y canola. Sin embargo, estudios científicos han comprobado que el omega 3 de aceite de pescado es el que produce los mayores beneficios para el organismo. En este sentido, los suplementos de aceite de pescado tampoco deben ser confundidos con aquellos producidos a base de aceites vegetales, cuyos efectos también son considerablemente menores.
“Queda claro que ya no solamente hay que cuidar y bajar el colesterol. Ahora también es de suma importancia conocer y controlar los niveles de triglicéridos en sangre, responsables de eventos cardiovasculares. Por eso resultan muy alentadores los estudios realizados con omega 3 de pescado, que demostraron mejorar el pronóstico cardiovascular al descender las cifras de triglicéridos”, resume el doctor Iglesias.