El Parque Nacional del Teide, es el mayor de Canarias. Es una excursión obligada para todos los que visiten Tenerife.
ESPAÑA.- Cuando hablamos de volcanes, imponentes, majestuosos y que identifican indudablemente una región del mundo, inmediatamente se nos viene la mente, El Teide.
Esta formación geológica ubicada en la Isla de Tenerife, es la más alta de España e incluso ocupa el tercer lugar entra las estructuras volcánicas más altas y con mayor volumen, de todo el planeta.
Este puesto se lo concede al Teide, su altura de 3.718 metros sobre el nivel del mar y 7.500 metros sobre el lecho oceánico.
El Teide puede hacer erupción en cualquier momento, lo cual convierte a las Islas Canarias, en la única región de España con vulcanismo activo.
Hacer turismo extremo, escalando y sorteando obstáculos naturales, es una de las metas principales de quienes gozan de la aventura y la naturaleza.
Una vez que se llega al punto de mayor altura, se puede ver las islas que se encuentran alrededor de Tenerife, llenarse los ojos de paisajes insuperables, llevarse consigo el olor de las fumarolas y llenarse el alma de experiencias inolvidables.
Es por ello que visitar el Teide, el punto más alto de España, se ha convertido cada día en referencia infaltable entre los grupos de turistas.
Esta situación, ha promovido el aumento exponencial de aventureros que llegan al Parque Nacional del Teide, buscando la manera de subir.
Sin embargo, en pro de defender el ambiente tan vulnerable que rodea la formación volcánica, las autoridades ambientales que hacen vida alrededor de esta belleza natural, han limitado la cantidad de personas que diariamente, pueden subir hasta el cráter.
La autorización que emite el parque es expedida gratuitamente y de manera exclusiva, este salvoconducto, es necesario para subir en los horarios establecidos por la dirección del parque y funciona tanto para quienes suban en Teleférico o a pie.
Una vez realizados todos los trámites para la permisología, puedes subir en solitario, en pareja o en grupo. También lo puedes hacer de modo particular o contratando guías, profesionales que durante toda la caminata te van contando historias y aventuras, además se preocupan por tu seguridad y te orientan, aclarando tus dudas.
Ahora bien, la manera más cómoda de subir al Teide es en teleférico.
Teleférico del Teide
Sin lugar a dudas, el teleférico del Teide, constituye un gran alivio para todas aquellas personas que no quieren perderse la experiencia de visitar el volcán, pero tampoco quieren sacrificar su comodidad.
En este sentido, la manera más cómoda de llegar hasta la cima, aun si no estás en excelente forma física es mediante este comprobadamente seguro funicular, que te lleva hasta el punto más alto de toda España, sin que te preocupes por tu capacidad de aguantar la caminata empinada.
La administración del Teleférico ofrece paquetes, que incluyen desde la tramitación del permiso, pasando por guías profesionales, excelentes refrigerios tipo camping, hasta el transporte de llegada y salida.
Ahora bien, si no estás dispuesto a compartir la cabina con otras 43 personas, puedes utilizar el teleférico, bajo la modalidad VIP, exclusivamente ideada para aquellos quienes disfrutan de la privacidad y mediante el cual puedes disfrutar de las instalaciones, con tu pareja o exclusivo grupo de amigos y familiares.
El recorrido del teleférico es de unos 10 minutos de duración, a una velocidad de 8 m/s y el ascenso es desde la base del Teide, hasta La Rambleta, estación que se encuentra a escasos 163 metros del cráter.
Última erupción del Teide 1909
La última vez que el mundo vio al Teide en erupción, fue en noviembre del año 1909, es decir que se ha superado el tiempo límite para un nuevo despertar de la montaña, pues según algunos científicos proyectan una por siglo.
Para otro grupo de geólogos, se debe esperar una nueva erupción, sin embargo, descartan que sea tan fuerte como la de hace 107 años, cuando el Teide estuvo diez días en actividad constante, aunque moderada. Fuente: donde-esta.org
Acerca del Parque
Todo el Parque es un extraordinario tesoro geológico en el que los volcanes, cráteres, chimeneas, coladas de lava y productos diversos, forman un impresionante conjunto de colores y formas. Las Cañadas del Teide sorprende por su diversidad, inquieta por sus enormes ríos de lava petrificada e impresiona por sus rocas derruidas por la erosión y por las colosales dimensiones de este caos mineral. Como contraste, en primavera ofrece un maravilloso jardín lleno de flores y suaves aromas, único en el mundo.
La estructura dominante es el Teide, imponente edificio volcánico que ofrece un aspecto muy distinto según el lugar o la época en que sea observado, deleitando siempre al espectador con sus múltiples caras. A sus pies se extiende un mar de rocas volcánicas tan recientes, que la erosión no ha tenido tiempo de alterar, conformando un amplio catálogo de formas y materiales volcánicos contenidos en el gran anfiteatro definido por la pared de Las Cañadas.
La pared que lo circunda se prolonga a lo largo de 25 Km. con alturas que llegan a 600m en la zona conocida como Guajara, su punto culminante. Este corte natural afecta a lo que fue otro edificio volcánico anterior, que desapareció parcialmente cuando, hace 198.000 años, se formó la actual depresión de Las Cañadas por un deslizamiento gigante que dejó al descubierto, en la zona de Los Roques, parte de sus raíces, representadas por conductos y chimeneas volcánicas que alimentaron erupciones pasadas.
En el corte de la pared, quedan a la vista tres millones de años de compleja historia geológica en la que el ciclo, deslizamiento y formación de “un Teide”, se pudo repetir varias veces.
El Parque Nacional, situado en el centro de la isla de Tenerife, es el mayor y más antiguo de los cuatro existentes en Canarias. En su superficie de 190 Km2 (18.990 hectáreas) se alza el Teide hasta los 3.718 m., constituyendo la cota más alta de España.
Fue declarado Parque Nacional en 1954 y en 1989 recibió el Diploma Europeo a la Conservación en su categoría máxima. Posee dos centros de visitantes, uno en el Portillo y otro en el Parador Nacional, dedicados respectivamente a la naturaleza y a los usos tradicionales de Las Cañadas. En 2007 fue declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial.
Patrimonio Natural
La UNESCO, en la ciudad neocelandesa de Christchurchen, el 28 de junio de 2007, declaró al Parque Nacional del Teide Patrimonio Natural de la Humanidad por ser “uno de los lugares más ricos y diversos en sucesión de paisajes volcánicos y espectacularidad de valores naturales de todo el mundo… Elevándose unos 7.500 m sobre el suelo oceánico, configura la tercera mayor estructura volcánica del mundo localizada en un entorno espectacular. El impacto visual es aún mayor debido a las condiciones atmosféricas que crean cambios constantes en las texturas y tonos del paisaje y forman el “mar de nubes”, un impresionante telón de fondo de la montaña. El Teide aporta evidencias de suma importancia para la comprensión de los procesos geológicos que ocurren en la evolución de las islas oceánicas, complementando las cualidades volcánicas ya inscritas en la lista del Patrimonio Mundial, tales como las del Parque Nacional de los Volcanes de Hawai (Estados Unidos)”. Este reconocimiento fue fruto de un trabajo tenaz de más de cinco años.
La UNESCO declaró al Parque Nacional del Teide Patrimonio Mundial principalmente por motivos geológicos, pero existen otros aspectos de enorme importancia como patrimonio natural, algunos de ellos intangibles como las combinaciones de luces y colores que coinciden en un lugar del espacio y el tiempo. La altitud del Parque condiciona su climatología por varias razones, siendo una de las principales la aridez, debida a que la capa de aire húmedo, que forma el mar de nubes, se encuentra normalmente por debajo de sus dominios.
Su climatología de alta montaña también lo somete a varias nevadas y heladas invernales. Ese conjunto de circunstancias crea una isla dentro de la Isla de Tenerife en la que han evolucionado numerosas especies y endemismos.
La Declaración de Patrimonio no es el final del camino, sino un compromiso que a todos nos obliga a defender, conservar y poner en valor este singular espacio natural.