La situación afecta a miles de afiliados que se ven obligados a dirigirse a la única farmacia de la ciudad que todavía sostiene la prestación, pero no da a basto con la demanda. “Nos sentimos abandonados a la buena de Dios”, dicen los trabajadores de la Farmacia del Ipauss. La peor parte la llevan pacientes diabéticos para quienes no hay insulina hasta dentro de una semana y los oncológicos por tratarse de medicamentos de alto costo. Otro efecto de la deuda y la crisis de financiamiento que sufre el sector.
RIO GRANDE.- Durante el 2015, la crisis en el Ipauss no hace más que aumentar, y a la deuda creciente con las farmacias se suman nuevas caídas en los convenios. La situación es tan extrema que solo una farmacia en la ciudad, todavía mantiene el convenio con el organismo, aunque incluso ese convenio podría caer en los próximos días.
La situación representa un problema para los miles de afiliados que solo tienen una farmacia disponible. Y también para la propia farmacia, en este caso Autofarma, que no da a basto con la demanda, sobre todo en lo que representan los medicamentos de alto costo, a los cuales las droguerías ponen un límite de compra.
Así, quienes peor la pasan son -por ejemplo- los pacientes diabéticos. Es el caso de Luciana quien reclama que debe esperar una semana completa para poder comprar insulina porque la farmacia se quedó sin stock y comprarlo sin obra social le costaría alrededor de $ 1000. “Es la única farmacia de la ciudad que trabaja con Ipauss y se queda sin este medicamento que tanto necesitamos los diabéticos”, reclama.
Pablo Morosini integra el área de Auditoría Interna de la Farmacia del Ipauss y reconoce que el problema es extremadamente grave. Y peor aún, ante los constantes reclamos tanto formales como verbales, no hay respuesta de los directores del organismo.
“No hay forma de centralizar tanta cantidad de afiliados con un mismo problema. Los pacientes diabéticos que utilizan insulina y tiras reactivas mensualmente al Ipauss le representan casi un millón de pesos, es imposible para una sola farmacia privada proveer esa cantidad”, explica.
Lo mismo ocurre con los oncológicos: “Venimos con problemas desde septiembre del año pasado que había 22 expedientes nuestros aprobados pero sin fondos para la compra”, dice Morosini a El Sureño.
Sin atención
El problema con las farmacias en Río Grande viene creciendo en los últimos años. Las primeras quejas comenzaron cuando la falta de medicamentos en la farmacia del Ipauss eran evidentes y los afiliados se derivaban a las privadas, que inicialmente eran más de diez. El 2015 comenzó solo con dos, y a mediados de marzo solo una dispensa medicamentos.
“Las únicas farmacias hasta hace poco tiempo que prestaban servicios eran Autofarma y Salk, y a los otros prestadores se les había dicho que se iba a pagar, se terminó pagando pero nunca se dio la posibilidad de rever los convenios y volverlos a reactivar”, remarca el auditor quien además es delegado de UPCN.
“Luego quedamos con estas dos prestadoras de las cuales ahora queda una sola que es Autofarma. De todos modos Autofarma aguarda un pago que si no se hace efectivo en los próximos días podría también cortar la prestación a partir de fin de mes”, advierte.
Además, advierte que hay una marcada diferencia entre Ushuaia, donde las 14 farmacias convenidas prestan servicios con normalidad. “No se entiende porqué se manejan distinto entre Río Grande y Ushuaia porque allá sí se paga, y acá estamos abandonados a la buena de Dios”.
Finalmente sostiene que lo peor es la falta de respuestas: “Enviamos notas permanentemente informando al directorio sobre esta situación pero nunca hay respuestas”.