El diseñador Yuya Ikeya ha modelado, impreso y montado desde cero la cámara
Hay muchas buenas razones por las que hasta las grandes productoras de cine y televisión dieron el salto a las cámaras digitales. La razón más obvia es que rodar en película es tremendamente caro, pero el diseñador Yuta Ikeya ha encontrado la manera de hacer estas cámaras más asequibles: hacerlas en casa.
Rodar en película, por muy complicado, engorroso y caro que sea, también tiene un extraño encanto. Esa es la razón por la que algunos realizadores aún hoy optan por esos formatos para algunos proyectos muy específicos. Lo que Yuta ha logrado es uno de los proyectos de cine alternativo más fascinantes que he visto últimamente.
Prácticamente todos los componentes de la cámara analógica que ha creado han salido de una impresora 3D. Obviamente hay algunos imposibles de imprimir, como las partes ópticas y electrónicas. La cámara cuenta con un motor para mover la película, una fuente de alimentación con baterías y una placa Arduino para controlar todo el proceso. Las lentes y el espejo se han tomado de una vieja cámara.
Ikeya también ha optado por algunas decisiones tomadas para abaratar costes. Su cámara graba en película C-41 de 35 milímetros, que es un estándar más fácil de encontrar y mucho más barato que lo que cuesta la película profesional. Para grabar el cortísimo metraje que sale en su vídeo, el diseñador ha usado dos rollos de película HP5+ montada sobre un sistema completamente diseñado y fabricado por él mismo.
El resultado está lleno de artefactos y tiene una velocidad de fotogramas realmente extraña, pero teniendo en cuenta de dónde procede, y que se ha tomado con una cámara cien por cien casera es impresionante. Sería fantástico que este maker decida subir los planos de su cámara para que la comunidad pueda trabajar en ella y hacer mejoras.