“Estaba muy ilusionado con esta temporada”

El volante central riograndense, Matias Godoy, transita su cuarentena entrenando junto a su familia en el norte de la isla después de cerrar la pretemporada y no poder debutar en este 2020 con las inferiores de Argentinos Juniors por el Coronavirus. “Estaba muy ilusionado con esta temporada y el progreso que podía tener si rendía”, declaró.

Mati Godoy, diamante en bruto. Capitán del círculo central.

USHUAIA.- La historia de Matias Godoy, nacido el 11 de enero de 2002 en Rio Grande, plantea objetivos muy altos. No sólo por ser el último capitán y emblema de la Selección de Tierra del Fuego en los Juegos de la Araucania, sino por la proyección que tiene en el futuro próximo.
Desde chico sus cualidades quedaron en evidencia, tal es así que tras su primera prueba en la CAI con 14 años fue positiva, pero no decidió quedarse. Luego viajó a los Juegos EPADE Calafate 2016 donde nuevamente el ojeador de la Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia se quedó asombrado por las dotes técnicas del fueguino.
“Si me vas a buscar a mi casa voy, le dije”, empieza recordando Mati. “Lo loco fue que terminó el torneo y me vino a buscar a Rio Grande. Nos fuimos a Comodoro los dos en su camioneta”, agrega.
Con la camiseta de la CAI estuvo hasta 2017, momento en que Argentinos Juniors vino a realizar pruebas a la provincia. “Fui pre-seleccionado y a fin de año fui a Buenos Aires para probarme con los otros que habían quedado. Me dijeron que vuelva en enero a hacer la pretemporada con el equipo”, nos cuenta.
Y agrega: “Luego de las dos primeras semanas de pretemporada, me dijeron que me quede y no pude volver a casa. Me quedé con la poca ropa que tenía y recién una vez que terminó la preparación volví a juntar mis cosas para llevarme todo a la pensión”.
“El primer año me fue muy bien, entré a los 18 de AFA y sumé minutos. Poco de titular, mucho de suplente, pero en Liga era siempre titular en un plantel de 40. El año pasado fue muy positivo y ahora estaba muy ilusionado por el progreso que podía tener si rendía”, pondera.
“Mi objetivo iba a ser otro respecto a los años anteriores. Era hacerme lugar en AFA, jugar y mantenerme ahí. Apuntaba a Reserva para mitad de año. Me conocía el DT del año pasado, ya que me citó en la Quinta siendo de Sexta y me empezó a llevar siempre para recambio en el segundo tiempo”.
La clave estuvo en la primera convocatoria a la Quinta: “Entré en el segundo tiempo y le puse una asistencia al extremo que nos dio el 1-0 para ganarle a Colon. Desde ahí no me dejó de citar más”.
Con la tranquilidad de estar en familia, pero enfocado, este joven fueguino de 18 años sabe que puede ser un año bisagra en su carrera: “Estaba esperando que arranque el torneo para demostrar. Llegué a RG el 17 de marzo y me mantengo con la rutina de los profes. El sábado empezamos con videollamada y una rutina donde entrenamos todos juntos, pero después me quedo en casa trabajando el tren superior con unas máquinas que tenemos. La comida me mantengo con la nutricionista y trato de verle el lado positivo a todo esto, que es estar con mi familia a la que nunca puedo ver cuando estoy en BA”.