Las urnas comenzaron a abrirse en más de una docena de Estados del país norteamericano en el llamado “Supermartes”, como parte de las primarias presidenciales 2024, con los votantes preocupados por los principales candidatos de ambos partidos.
WASHINGTON, (Xinhua/NA).- Un total de 15 estados, incluyendo California, Massachusetts, Carolina del Norte y Texas, así como el territorio estadounidense de Samoa Americana, fueron programados para celebrar elecciones primarias el “Supermartes”.
Los demócratas de Iowa darán a conocer los resultados de su caucus presidencial esta misma jornada, informó la agencia de noticias Xinhua.
Tanto el presidente demócrata Joe Biden como el principal candidato republicano y expresidente Donald Trump pretenden asegurar una serie de victorias en el “Supermartes”, pero ninguno podrá reunir suficientes delegados para reclamar el título de “presunto candidato”.
Las primarias del martes también podrían representar la última oportunidad para la ex gobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, de desafiar a Trump en la contienda por la nominación presidencial republicana.
Los medios de comunicación estadounidenses estiman que la fecha más temprana en que Trump puede asegurar la nominación presidencial de su partido es el 12 de marzo, mientras que la fecha más temprana en que Biden puede hacerlo es el 19 de marzo.
La capacidad mental de los candidatos.
La mayoría de los adultos estadounidenses están preocupados por la capacidad mental de Biden y Trump para servir efectivamente como presidente de EE. UU., según los resultados de una nueva encuesta realizada por el Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Más de seis de cada 10 encuestados contestaron que no estaban seguros en la estabilidad cerebral de Biden para servir efectivamente como Presidente, mientras que el 57 por ciento dice que Trump carece de la memoria y la agudeza para el trabajo, según mostró la encuesta.
Cuatro de cada cinco adultos estadounidenses piensan que los Estados Unidos van en una dirección equivocada, mientras que uno de cada cinco piensa que el país transita por el camino correcto.