La situación impactaría fuertemente sobre la producción ovina y es muy posible que se agrave en los próximos meses debido a que los animales no tendrán suficiente pasto para alimentarse durante el verano de 2016 y el otoño-invierno de 2017.
BUENOS AIRES (NA).- El norte de la Patagonia afronta una de las peores sequías en 60 años y desde 2007 se perdieron 1,8 millones de ovejas por ese flagelo, advirtió un estudio académico.
En lo que va de 2016, en esta zona llovió un 45 por ciento menos que el promedio histórico por lo que los expertos afirman que la situación podría agravarse.
Se trata de la peor sequía de los últimos 17 años y una de las principales en seis décadas, de acuerdo con un informe elaborado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).
La situación impactaría fuertemente sobre la producción ovina y es muy posible que se agrave en los próximos meses debido a que los animales no tendrán suficiente pasto para alimentarse durante el verano de 2016 y el otoño-invierno de 2017.
La alarma fue publicada en el sitio de divulgación científica de la FAUBA, “Sobre la Tierra” y el reporte fue elaborado por Gonzalo Irisarri, Rodolfo Golluscio y Fernando Cavagnaro, investigadores de la cátedra de Forrajicultura de la Facultad y Guillermo García Martínez, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El informe fue realizado en base a visitas a cinco estancias de Chubut y Río Negro, las provincias más importantes en la producción lanera de la Argentina, con el 43% de las cabezas ovinas del país.
La falta de lluvias se hace recurrente en estas provincias, con mayor impacto en 2007 y 2011, cuando se registraron dos de las 10 sequías más severas de los últimos 60 años y se combinaron con un aumento de las temperaturas mínimas y las erupciones de los volcanes Chaitén y Puyehue.
Estimaciones del Ministerio de Agroindustria indican que entre 2007 y 2014 se perdieron 1,8 millones de cabezas de ovejas sólo en Chubut y Río Negro, equivalentes al 12% de las existencias nacionales que es de 14,5 millones de lanares.
“Esta situación climática es de excepcional magnitud”, afirman los investigadores y además indican que ya se observa un marcado retroceso en el crecimiento de la vegetación en esa región, con una alta probabilidad de que haya un escenario más complicado a finales de 2016 y durante la primera parte de 2017.
“El próximo año va a ser difícil pasar el invierno”, opinaron ya que la producción del norte de la Patagonia se sustenta en diferir el crecimiento de primavera de los recursos forrajeros para garantizar la alimentación de las ovejas en el invierno.
Esta primavera, la producción de pasto va a ser muy baja y el escenario pesimista representa la peor primavera de los últimos 16 años, sin lluvias (como sucedió en 2006), con un crecimiento del pasto 15% inferior al promedio, y que representaría el peor crecimiento en esa misma década y media.
La intención de los especialistas al elaborar el informe es advertir a los productores y tomadores de decisiones de la región que tienen que estar preparados para una reducción forrajera de envergadura.
“Se recomienda vender todas las ovejas viejas y los borregos, capones y carneros de rechazo lo antes posible luego del destete de las primeras y la esquila de los segundos”, manifestaron.
Asimismo, consideraron conveniente suplementar con concentrados a las corderas desde fin del verano, dentro de las posibilidades financieras” y sería recomendable adelantar los destetes lo más posible para lograr una buena recuperación del estado corporal de las madres.