Un día como hoy (por ayer), pero de 1952, murió Evita. Un repaso de su historia y su influencia en el deporte nacional. Además, Guillermo Blanco, exjefe de prensa de Diego Maradona y autor del libro “Los Juegos Evita”, habló con este medio y contó su mirada del fenómeno social que causó Evita.
RIO GRANDE (La Opinión Austral).- “Los Juegos Evita fueron parte de la vida del pueblo. Sin ninguna duda. Una de las cuestiones más trascendentes que dejó esta mujer a través de la Fundación Eva Perón. Ella se preocupaba mucho por la gente de bajos recursos”, describe Guillermo Blanco, exjefe de prensa de Diego Armando Maradona y autor del libro “Los Juegos Evita” a La Opinión Austral.
Eva Perón nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. De chica se fue a vivir a Buenos Aires e ingresó en el mundo del espectáculo. Pero en 1944 se produjo un hecho que cambiaría la historia del país: conoció a Juan Domingo Perón en el Luna Park en un acto a beneficio por el terremoto que sufrió San Juan y un año después se casaron.
Juan Domingo Perón ganó las elecciones en 1946 y se desempeñó como mandatario nacional hasta 1955 -cuando lo derrocó el golpe de Estado-. En esa época, como primera dama, Eva empezó a implementar sus ideas populares e inclusivas. El 8 de julio de 1948, se creó la Fundación Eva Perón.
A través de la Fundación, y junto a Ramón Carrillo -primer ministro de Salud de la historia Argentina-, impulsaron los Juegos Evita en 1948. “No se fundaron solamente por lo deportivo. Fue una excusa para sacar a los pibes de la calle y para que tengan una contención de salud: vacunas, revisión y controles médicos”, detalla Blanco a LOA.
La primera edición se realizó en Buenos Aires y sólo participaron chicos y chicas de 12 a 18 años de Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires. El primer certamen lo ganaron chicos de un orfanato de San Telmo. Esto evidencia su rol: el deporte empezó a ser cuestión del Estado y todos y todas podían acceder.
En 1949, en la segunda edición, los Juegos Evita se nacionalizaron. Eva Perón, junto a Valentín Suárez -fue presidente de Banfield, presidente de AFA y un funcionario muy cercano a Eva Perón-, consiguieron que las finales de los Evita se jueguen en grandes escenarios: en la cancha de Racing y de San Lorenzo, por ejemplo.
Este certamen tomó una dimensión nacional impensada. Los Juegos Evita se difundían a través de diarios como El Democracia y El Laborista. Los diarios masivos del momento le daban algo de visibilidad, pero menos que los medios mencionados.
De los Juegos Evitas participaron futbolistas, que años más tarde, serían figuras y leyendas del fútbol argentino. Diego Maradona, José Sanfilippo, Enrique Omar Sivori, César Luis Menotti, Carlos Salvador Bilardo, Silvio Marzolini, José Yudica y Jorge Griffa fueron algunos de los que jugaron este torneo nacional y dejarían su huella para siempre.
“Allí Diego Maradona dio su primera vuelta olímpica nacional y ahí comenzó mi vínculo con Diego. Lo vi jugar, lo vi llorar, lo vi errar penales. También José Yudica me contó que conoció a Eva y se emocionó muchísimo. Silvio Marzolini me contaba que guardó los zapatos, que eran los botines, que le regalaron en los Juegos Evita”, recuerda Guillermo Blanco.
En 1955, un golpe de Estado derrocó al Gobierno de Juan Domingo Perón. Por este motivo fueron suspendidos los Juegos Evita hasta 1973. Allí comenzó la segunda etapa y en 1976 se frenaron nuevamente por la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina.
La democracia volvió en 1983, pero los Juegos Evita no regresaron inmediatamente. Es más, recién se reanudaron 20 años después: en 2003, en el Gobierno de Néstor Kirchner. “Volvieron con toda la potencia”, agrega Blanco que estuvo presente en muchísimas ediciones. En 2008, se lanzó el Plan Nacional del Deporte y los Juegos Evita se convirtieron en un derecho por ley. Hubo un presupuesto fijo designado y quedó a cargo de la Secretaría de Deportes de la Nación.
“Es increíble lo que trascendió en el tiempo. Sacachispas se fundó por los Torneos Evita. Luego de que participen del torneo, Perón ordenó que le dieran un terreno para que hicieran la cancha”, concluye el periodista especializado en deportes.
Cuenta la leyenda que Evita, en la final del torneo argentino de 1951 entre Racing y Banfield, fue tajante: tiene que ganar Banfield. ¿El motivo? Porque era el más humilde. Son historias que nunca se sabrá realmente qué pasó, mientras tanto perduran y se agigantan con el correr de los años.
Evita murió de cáncer a los 33 años el 26 de julio de 1952. Este domingo se cumplieron 68 años. “El fútbol del potrero humilde y de la cancha imponente te dice presente. ¡Evita!”, cerró Daniel Gil, entonces presidente de Boca Juniors, en un discurso en AFA luego de la muerte de Evita. La Asociación del Fútbol Argentino paró por tres semanas el fútbol, cuenta Ezequiel Scher en Cenital.
Evita trascendió generaciones y dejó una huella imborrable en la historia del deporte argentino. Fue nombrada socia honoraria de Racing en 1947, pero fue eliminada “por su muerte” en la década del 50′ durante la autodenominada Revolución Libertadora. El Estadio de Sarmiento de Junín se fundó en 1951 y lleva su nombre. Es recordada por su lucha por la inclusión de las mujeres y por ser la voz de las clases medias y bajas. Por los Juegos Evita, los chicos y las chicas de clase media y clase baja pudieron recorrer el país haciendo deporte. Su pasaje por la política fue vertiginoso. Evita se fue muy joven, pero siempre será recordada por su gran influencia en el deporte y en la sociedad argentina.