Breve reseña de nuestra historia familiar en Río Grande.
POR JHON PISANO.- A inicios de la década de 1960 mi padre, Pisano Raúl Antonio, es enviado por la Infantería de Marina de Capital Federal como personal civil a realizar trabajos en el Batallón de Infantería de Marina Nº 5, dado que él era Cloaquista y Gasista Matriculado (una de las obras que me contaba mi madre fue en las casas del barrio dentro del Batallón, en Thorne y San Martín; y el barrio Don Bosco). El dejó en Buenos Aires a su esposa, mi madre, Consuelo Beatriz Zulema Pose y a sus cuatro hijos: Daniel José Pisano, Raúl Alberto Pisano, Mónica Beatriz Pisano y Ricardo Luis Pisano, siempre en pos de tener un futuro mejor.
Después de un año donde mi padre viajaba mucho a verlos, uno de los médicos que atendía a mi hermano Ricardo, por haber contraído Poliomielitis, le dice a mis padres que, para tener una mejor calidad de vida, le aconsejaba un clima seco. No dudaron, a pesar de tener su casita en Buenos Aires, de vender todo y mudarse a Río Grande por la salud de su hijo. (eso habla de la calidad de padres que hemos tenido).
Mi padre ya había hecho una casa a pulmón en Río Grande para recibir a su familia en un terreno cedido por el comandante del Batallón, estaba en la bajada de Belgrano y Elcano. Donde hoy hay un edificio de varios pisos. En 1963 nace mi hermano Walter Ronald Pisano, el primero de los fueguinos y en 1965 Jhon Carlos Pisano, yo, quien les narra apenas un fragmento de la historia de mi familia. Después de levantar su casa otro comandante le indica que deben demolerla, porque no le cedía ese predio.
Así que nos mudamos a una casa de la Marina, en Mackinlay y Piedra Buena, desde 1969 a 1974, aproximadamente, y después en Elcano frente a Vialidad, siempre en casas prestadas por la Marina; hasta que mis padres reciben un terreno fiscal en Av. Belgrano al 1100 y construimos por segunda vez nuestra casa a pulmón. Esta vez ayudamos todos para lograrlo porque nos desalojaban en dos semanas de la casa de la Marina: anécdota, mi mamá cambió su teléfono de línea por una casilla de 7 metros por 3, al aserradero de la familia Parún, ¡Lo que valía una línea telefónica en esos años! (Toda la familia, nuestros abuelos y tíos, vivían en Bs. As. por eso mis padres siempre tuvieron teléfono en casa). Mis padres eran precursores con la tecnología de esos años, siendo una de las primeras casas en tener televisor y venían todos nuestros amigos a ver TV en casa. Una familia de puertas abiertas.
Mi padre trabajó en el Batallón hasta 1983 y debido a un cáncer dejó de trabajar en ese año… falleció en febrero de 1984; él estaba feliz de haber podido votar para volver a la democracia. Fue condecorado con el Botón de Malvinas por su participación en el Conflicto Bélico, por tareas en las instalaciones del BIM Nº5 y como muchos, mis padres recibían a conscriptos los fines de semanas para darles una comida en familia, donde la mesa de seis se convertía en una de 10 personas. Fue el representante de Hidrobronz en Tierra del Fuego y realizó muchos trabajos relacionados a su oficio en la ciudad.
Lo que más me da orgullo del él, es que todos lo querían y reconocían como una buena y honesta persona.
Mi madre, cuando llegó con sus cuatro hijos, para ayudar a la economía de la familia criaba gallinas y pollos. Vendía huevos y pollos al personal del Batallón. También cuidó algún chiquito de mujeres que trabajaban de noche. Al igual que mi padre, ella era reconocida en la ciudad como la señora de Pisano, querida y respetada por su contribución a la comunidad. Comenzó en la Cooperadora de la Escuela Nº 2 ayudando en la cocina; posteriormente ingresó a trabajar en el Hospital Regional Río Grande como cocinera (trabajo remunerado) y se jubiló como jefa de Mucamas (muchas veces mi mamá se cruzaba a casa –vivíamos enfrente- para buscar alguna lata o condimento que le faltaba a la alacena del Hospital, así trabajaban en esas épocas).
Mi madre era conocida porque tenía el don de curar el empacho con la cinta y de palabra. Para ello no había horarios, la llamaban o venían a casa a cualquier hora para chicos y grandes que necesitaban su ayuda. Ella no cobraba, las personas agradecidas le daban lo que querían. Lamentablemente mi madre falleció el 5 de enero de 2019.
Cabe destacar que mis padres fueron luchadores. Mi hermano Ricardo pudo dejar sus aparatos y comenzó a caminar y recuperarse de la Poliomielitis en gran parte y llevar una vida plena. Mi padre, por los grandes fríos que pasó en su trabajo, se enfermó de tuberculosis y pasamos un año en Ushuaia toda la familia para control; mi padre fue tratado en Capital Federal y superó esa enfermedad y volvió a su trabajo designado en el Pañol General del B.I.M. 5 como tareas pasivas.
También me gustaría contar que cuando vivíamos frente a la playa, un pingüino bebé nos adoptó como familia, por más que lo llevábamos a la playa volvía a casa, hasta que mi mamá nos dijo: -“Si el pingüino se queda es su responsabilidad”. Vivía en la cucha del perro que en ese entonces no teníamos y todos los días en bajamar íbamos a buscarle pescados debajo de las piedras y en invierno mi mamá le daba carne picada, respondía al nombre de Pepe y era reconocido por los turistas que se sacaban fotos con nuestro querido pingüino miembro de nuestra familia por más de un año.
Grandes padres que dieron todo lo que pudieron por su familia. Trabajadores incansables. Lucharon contra grandes enfermedades y por darles el mejor futuro posible a sus hijos. Reconocidos por la sociedad como pioneros y antiguos pobladores.
Sería lindo ver los nombres de muchos antiguos pobladores en las calles de nuestra ciudad. El trabajo de muchos de los antiguos pobladores no se ha tomado en cuenta por el solo hecho de que ellos no necesitaban figurar para hacer cosas por esta ciudad.
Hermosa familia los pisano , ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️