RIO GRANDE.- El domingo 26 de mayo se disputó el Triatlón de Florianópolis (Brasil), en la modalidad Ironman, donde los participantes deben cubrir 3.600 metros de natación; 180 kilómetros de ciclismo; y por último tienen que completar un maratón (42,195 kilómetros).
Además de los elite, que buscan sumar en el ranking mundial, son muchos los corredores sudamericanos -y de otros continentes- que van a la cita brasileña para intentar conseguir un cupo que los deposite en el mundial de su división de edad, el que anualmente se realiza en Hawaii.
Allí estuvo presente Fernando Champomier, el profesor de Educación Física riograndense que desde hace varios años reside en Buenos Aires, y que pese a sufrir esclerosis múltiple, mantiene una destacada campaña deportiva, en pruebas combinadas.
A mejorar
“No fue el mejor de los viajes, todo empezó muy mal, ya que perdí el vuelo por tener una denuncia del DNI. Tuve que sacar otro pasaje, volver al centro y pelearme con todo el mundo conseguir el DNI nuevo. Salí con lo justo a Ezeiza, y tomé el avión, que hizo escala en San Pablo, y de allí a Florianópolis. Ahí me esperaban Joel -mi entrenador- y un alumno que tengo en Buenos Aires. Los brasileños me habían invitado al evento, así que les pedí otro favor más, que me dejaran llegar tarde. Armé la bicicleta a las corridas, y olvidé que debía comprar nuevas antiparras, ese fue un gran error”.
Gracias a ese permiso especial, fue de la partida en la última ola de competidores. “Empecé a nadar a las 7:30, el viento allá se levanta a eso de las 9:00 o 9:30, así que los que largan al último seguramente se van a ver perjudicados en la etapa intermedia, de ciclismo. Así que decidí salir fuerte, para evitar lo más posible el viento en el tramo costanero”, apuntó Champomier.
En marcha
“Apenas me introduje en el mar, noté que las antiparras dejaban pasar el agua. Me tuve que parar seis veces, me fastidié bastante, pero pude mantener el ritmo. Tenía planificado salir en 1 hora y 3 minutos, y lo hice en 1:05, así que no estaba nada mal. Hago una transición excelente, y ya montado en la bicicleta, rápidamente recuperó el tiempo perdido. La primera vuelta (90 kilómetros) fue rapidísima, pasé en 2:23, a una media de casi 38 km/h. Sin embargo, cuando llego a la costanera, ya estaba instalado el viento, ¡y soplaba como si estuviera en Río Grande!”.
El segundo giro lo completó en 2:42, para un total de 5:05 en ciclismo, a un poco más de 35 kilómetros de promedio. “Fue el séptimo mejor parcial en mi categoría de edad, y en ese momento ocupo ese mismo puesto, sabiendo que hasta el octavo o el décimo se clasificaban para ir al Mundial, y que -de lograr terminar en esos lugares- seguramente iba a estar en condiciones de ir a Hawaii, gracias a la ayuda del Municipio de Río Grande”.
El maratón
“Siempre digo que suelo pagar mi ciclismo -en lo que mejor me desenvuelvo- en la etapa a pie, así que trato de dosificar las fuerzas. Los diez primeros kilómetros los corrí a un promedio de 4:45, y ese mismo ritmo mantuve en la segunda vuelta. En la tercera la media se me fue un poco arriba (5:01), y el temido muro siempre está, esperándote en algún lugar. En mi caso se dio en el kilómetro 34, ya iba a 6:01. No llego a caminar, pero el ritmo ya era malo, y el fastidio, terrible, ¡tanto que no pude ingerir comida! Faltaban 4 kilómetros, y pensaba que el objetivo de bajar las 10 horas era un imposibles, que quedará para un próximo Ironman. Pero en eso aparecen Joel -mi entrenador- y Rafael (un amigo brasileño), que a puro grito (¡Volá, volá, caragio!), me alentaron en ese último tramo. Los tres kilómetros finales salieron a 3:55, sinceramente, no sé cómo, de dónde saqué tanta fuerza. Y cuando crucé la llegada estaba más que feliz, lo había completado en un tiempo oficial de 9:59:05, siendo 16º en mi categoría. Para más adelante quedará el intento de ser mundialista”.
Champomier agradeció al municipio -que poco tiempo atrás reconoció su desempeño, pese a la enfermedad que lo aqueja-, y a Librería Rayuela, por su apoyo en todos estos años. Además, siempre que sus tiempos se lo permitan, prometió estar presente en el Duatlón Ciudad de Río Grande, a correrse el domingo 15 de diciembre del presente año.
Los mejores
Entre los hombres que buscaban uno de los tres plazas que se pusieron en juego para los PROs, se impuso Andrew Potts (Estados Unidos), de 42 años, se impuso tras 8 horas, 2 minutos y 57 segundos. Lo escoltaron el británico William Clarke (8:06:30) y el brasileño Frank Silvestrin (8.10:19), todos clasificados para Kona.
En femenino, el podio lo integraron Sarah Piampiano (Estados Unidos) -8:40:48, nuevo record del circuito-, la debutante Pamella Oliveira (Brasil) -9:03:46- y Bruna Mahn (Brasil) -9:16:55-.
Además, el argentino Oscar Galíndez (47 años), campeón del Ironman Brasil en 2003, 2006 y 2007, registró 8:53:50 y ganó en 45/49 años, por lo que también irá al Mundial.