Desde el lunes se puso fin al beneficio que otorgó el Juzgado de Ejecución, para que Alejandro Mario Gordillo Ojeda cumpliera reposo, por problemas de salud, en un domicilio particular. La medida había generado el rechazo de familiares de las víctimas.
RÍO GRANDE.- El pasado lunes debió retornar a la Unidad de Detención de esta ciudad, Alejandro Mario Gordillo Ojeda, el odontólogo que en agosto de 2022, fue condenado a cumplir la pena de 12 años de prisión, por haber sido encontrado penalmente responsable del delito de abuso sexual, cuya víctima fue un menor de edad.
Desde principios de este año, el Juzgado de Ejecutivo permitió que Gordillo Ojeda gozara del beneficio prisión domiciliaria, fijando residencia en una vivienda de su familia. La medida fue adoptada debido a cuestiones de salud, referidas a una hernia inguinal que había provocado una afección.
El condenado fue filmado cuando ingresaba a la vivienda, donde cumplía el arresto domiciliario. La imagen fue viralizada en las redes sociales, lo que provocó el fuerte rechazo e indignación de una de sus víctimas y de otras personas que sumaron más denuncias, las que están en proceso de instrucción y por las que podría enfrentar un nuevo juicio oral.
La condena
Mario Gordillo Ojeda fue llevado a juicio oral, tras ser acusado de abuso sexual a menores de edad, que acudían como pacientes a su consultorio; fue condenado a cumplir la pena de 12 años de prisión, en agosto de 2022. En ese entonces se ordenó su inmediata detención, ya que durante el desarrollo de todo el proceso estuvo en libertad.
El Tribunal de Juicio resolvió condenar a Mario Gordillo Ojeda por ser autor material y penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante reiterados en un numero de veces, en concurso real con suministro de material pornográfico a menor de 14 años, ambos en concurso ideal con promoción de la corrupción de menores agravada.
Los hechos por los que el odontólogo Mario Gordillo Ojeda fue llevado a juicio, fueron expuestos por Matías, quien los sufrió cuando tenía entre 11 y 13 años, en ocasión en que iba al consultorio a hacerse atender por un tratamiento bucal.
Ahora, con 21 años, brindó su testimonio que fue prueba irrefutable para dictar la condena.
Tras conocida la sentencia, Matías se animó a expresar públicamente lo que sentía, indicando que “sí hablo en nombre de todas las víctimas para mi doce años no es nada, por eso voy a buscar la manera para que sean más años. Doce años es bastante pero no me conforma, porque es algo con lo que voy a vivir toda mi vida. Por mas que eé este encerrado nosotros seguimos sufriendo afuera, son traumas bastante fuerte que pasa uno”.