Australtex es la primera de las fábricas textiles que mantienen paralizada su producción y decidió suspender de manera masiva a sus trabajadores, quienes sufrirán una brusca disminución en sus salarios. La medida comenzó hace una semana y se extenderá hasta el próximo lunes, aunque las perspectivas para el próximo trimestre no son las mejores. La falta de autorización de importaciones es la causa principal. Advertencia sindical.
USHUAIA.- Casi todas las empresas textiles radicadas en Río Grande vienen con problemas hace tiempo para sostener la productividad. Pero en este caso la alarma se despertó bruscamente ya que Australtex, que emplea a unas 230 personas en su planta de Río Grande, avanzó con un plan de suspensiones masivas de sus operarios, debido a las dificultades para obtener autorización de DJAI de Nación.
Rogelio Sager, de la Asociación Obrera Textil (AOT) señaló en Aire Libre que “estamos muy complicados por el tema de las DJAI que no aprueba el gobierno nacional para que las empresas puedan trabajar tranquilas en Tierra del Fuego”.
A través de la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI) el gobierno realiza la administración del comercio exterior. La DJAI es usada también para limitar las importaciones y debe estar aprobada antes de hacer algún pago al exterior y de despachar a plaza la mercadería.
El caso de Australtex es el más extremo con 230 trabajadores suspendidos. “Las hizo la empresa uniteralmente, sin siquiera haber anunciado una situación de crisis ante el Ministerio de Trabajo”, señaló Sager.
En este sentido el dirigente gremial manifestó que “hemos dialogado con la empresa y rechazado todo, de hecho la cartera laboral nos dio lugar y en este marco se llegó al acuerdo de que los trabajadores cobren el 75 % del salario que venían cobrando sobre todo concepto y la suspensión es por 15 días cuando se espera puedan comenzar a trabajar de nuevo”.
El caso de Australtex es el más extremo, pero todas las empresas textiles fueguinas atraviesan dificultades. «Nosotros estamos constantemente en alerta porque todas las empresas tienen el mismo problema. En el caso de Australtex es una empresa grande con muchos empleados y necesita DJAI para abastecerse, las telas con las que trabaja no se consiguen en el país”, sumó.
El temor es que las suspensiones se conviertan en despidos de no haber una solución. “El miedo es por la fuente de trabajo en todas las empresas”, dijo finalmente Sager.