LONDRES (AFP).– El búlgaro Grigor Dimitrov, sexto jugador mundial, ganó el Masters, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas del año, al derrotar en una gran final al belga David Goffin (8º) por 7-5, 4-6 y 6-3, ayer en Londres.
En un duelo de gran nivel, Dimitrov, invicto esta semana, batió a Goffin, que venció a Rafael Nadal (1º) en la fase de grupos y a Roger Federer (2º) el sábado en semifinales.
Al belga le queda el consuelo de buscar el título en la Copa Davis en la final ante Francia, el próximo fin de semana en Lille.
Dimitrov, que logró la rotura decisiva del tercer set en el sexto juego, selló el triunfo con su quinta bola de partido.
Hoy se convertirá en el tercer jugador de la lista mundial, coronando la mejor temporada de su carrera. Completará un podio nada más y nada menos que por detrás de Nadal y Federer.
Conocido como Baby Fed en sus inicios por sus similitudes en el juego con Federer, Dimitrov, de 26 años, fue semifinalista en el Abierto de Australia este año y logró en Cincinnati su primer título de categoría Masters 1000.
Goffin y Dimitrov ya se habían encontrado esta semana en Londres, en la fase de grupos, y el búlgaro ganó 6-0 y 6-2, sin dar opciones al belga, resucitado en semifinales ante Federer.
Hoy la historia fue muy diferente. El partido fue tomando vuelo, desde un inicio en el que ambos jugadores intercambiaron roturas hasta un final de excelente categoría.
En la primera manga Dimitrov no controlaba su golpe de derecha y Goffin aprovechó para situarse 3-1. Poco a poco el búlgaro se hizo con el escenario, varió su juego e igualó 4-4, antes de cerrar el set por 7-5, en la quinta bola.
Cierre espectacular
El segundo set comenzó con dos jugadores agresivos, con un Goffin tomando muchos riesgos, la misma estrategia que el sábado le hizo ganar a Federer por primera vez en su carrera.
El partido había tomado otro ritmo y el belga aprovechó dos dobles faltas de Dimitrov para lograr la rotura y tomar la iniciativa.
Con un último juego en blanco, el tenista belga Goffin selló el set, gracias a 9 golpes ganadores, 7 aces y 6 faltas directas, con una estrategia muy clara de agresión permanente.
En la tercera manga el esquema del partido se aclaraba todavía más. Goffin dictaba los intercambios, lograba los ganadores pero también cometía errores, frente a un Dimitrov más defensivo, que utilizó de maravilla su slice de revés. En el primer juego salvó cuatro bolas de break para ganar su servicio.
Paciente y aplicado, con los nervios controlados, dejó que Goffin se estrellara. Ocurrió en el sexto juego. Dimitrov aprovechó varios errores directos y se escapó 4-2, para luego confirmar 5-2 con su servicio.
En una final espectacular, Goffin mostró todo su talento y nervios de acero para salvar cuatro bolas de partido.
Finalmente un error en una acción sencilla, una volea en la red, terminó por otorgar el triunfo a Dimitrov, en dos horas y media de juego.