Miles de hisopos llegan a las costas de Ushuaia a través de la red cloacal. La aparición de una cantidad inconmensurable de palitos azules en la zona de Bahía Golondrina despertó el interés de la agrupación ambientalista “A limpiar Ushuaia”, la cual en un detallado informe concluye que estos elementos de higiene son arrojados al inodoro, tras ser usados por única vez.
USHUAIA.- Miles de palitos azules y blancos recogidos en las playas de la ciudad durante varias jornadas de limpieza voluntarias despertaron la curiosidad de la agrupación “A limpiar Ushuaia”, que comprobó, con el tiempo, el fuerte impacto que un producto de higiene aparentemente inofensivo como los hisopos pueden tener en el medio ambiente local.
En un informe finalizado en el mes de marzo pasado, “A limpiar Ushuaia” indica que “durante las 44 jornadas de limpieza realizadas entre septiembre y diciembre de 2016, en distintos barrios de la ciudad aparecieron palitos plásticos azules y blancos en plazas, calles y arroyos. Las cantidades encontradas (1 o 2 por espacio) no resultaban significativos, por lo que eran incluidos junto a otros residuos domiciliarios.
“Fue en la limpieza realizada el 11 de noviembre de 2017 en la zona de Bahía Golondrina, en el marco de la campaña “Cuidemos nuestro tipo de mar”, que la problemática se hizo evidente. Al comienzo de la jornada se colocaron en las bolsas junto con otros residuos, pero era tal la cantidad que había que comenzamos a separarlos para poder tomar el registro”, explican.
“Después de visualizar la cantidad recolectada y charlar entre las personas voluntarias, que identificamos que se trataba de hisopos, al encontrarse algunos con restos evidentes de algodón. La pregunta surgió rápidamente: ¿de dónde provienen? ¿cómo llegaron estos palillos plásticos a la costa de Bahía Golondrina?
“A partir de esta jornada, comenzamos a gestionar una nueva modalidad de recolección, en la cual separamos los tipos de plásticos encontrados, entre ellos, los hisopos. Si bien la cantidad encontrada en la mayoría de los espacios públicos resulta significativa, en los sectores de la costa, en particular la zona del Aeropuerto, son cientos los hallados cada vez que se realiza una recolección, dejando otros cientos en la playa sin recolectar”.
Ante esta situación, surgieron rápidamente varias hipótesis acerca de la fuente de estos plásticos en la costa, entre ellas, el descarte desde embarcaciones turísticas, hasta la mala disposición de residuos por parte de los vecinos en los barrios cercanos. Sin embargo, una sola resultó consistente: las personas que utilizan los hisopos los descartan tirándolos al inodoro.
En la zona de Bahía Golondrina, que es -hasta hoy- el sector en el que más palitos plásticos de hisopos se encuentran y donde en cada limpieza aparecen en cantidad, se encuentra la planta de pretratamiento de aguas residuales, y un emisario submarino.
Los filtros o rejas estándar de los sistemas de tratamiento y pretratamiento de aguas residuales retienen materiales de hasta 2 cm de diámetro (en general tienen entre 2 y 5 cm de diámetro, según el filtro), lo que permite el paso de aquellos materiales más pequeños, incluyendo los microplásticos y –por supuesto- los hisopos.
“Estos plásticos salen por el emisario al canal Beagle y, en el mejor de los casos, el agua los devuelve a la costa donde los voluntarios de distintos grupos los encontramos regularmente”.
Microplásticos: del mar a la mesa
La basura marina, en particular los plásticos de un solo uso, son un problema mundial que está siendo abordado desde distintas organizaciones como Naciones Unidas, National Geographic y Greanpeace.
En nuestra provincia, además de promover limpiezas voluntarias en las costas y los espacios públicos de la ciudad, A Limpiar Ushuaia ha impulsado una ordenanza que ya se encuentra vigente, que prohíbe la entrega de plásticos de un solo uso en los locales gastronómicos.
“Sobre el impacto de los hisopos en el ambiente marino, los plásticos acumulan contaminantes químicos y biológicos y, al fragmentarse en microplásticos también pueden liberar sustancias tóxicas utilizadas en su fabricación. Estos fragmentos son confundidos con alimento por la fauna marina e ingresan a la cadena alimenticia y, luego, llegan a nuestra mesa”, advierten los ambientalistas.
En su informe destacan que “cada día se producen un millón y medio de hisopos, lo que significa grandes extensiones de tierra destinadas al cultivo de algodón para un producto que se utilizará solo una vez. En muchos casos, estas plantaciones se realizan en sectores que han sido desforestados con la consiguiente pérdida de biodiversidad”.
“Durante el proceso inicial de recopilación de información, solicitamos al Colegio de Farmacéuticos que las farmacias sean parte de la solución mediante la incorporación de alternativas a productos como los hisopos descartables que contengan plástico, por otros con cuerpo de madera o de silicona reutilizables”, indican desde la agrupación.
En el mundo, la mayoría de los países están optando por la prohibición de los hisopos descartables con cuerpo de plástico. Por ejemplo, la Unión Europea prohibió el uso de hisopos con plástico a partir de 2021, aunque varios de los países miembros ya tienen vigente la prohibición, siendo Italia el primer país europeo en prohibirlos. China ha establecido el plazo antes de fin de 2020 mientras que en Argentina la prohibición está contemplada en alguno de los proyectos que se encuentran en tratamiento en el Congreso Nacional.
Hasta que haya una legislación que los prohíba, lo posible de hacer, es dejar de utilizar hisopos para la higiene de los oídos por los riesgos para la salud que ese hábito conlleva o, en todo caso, tirarlos a la basura en lugar de arrojarlos al inodoro.