Inglaterra, con un polémico penal, venció ayer a Dinamarca por 2 a 1 y se clasificó a la final de la Eurocopa, en un partido disputado en el mítico estadio de Wembley, donde se enfrentará a Italia.
BUENOS AIRES (NA).- El equipo danés se puso en ventaja con el gol de Mikkel Damsgaard, a los 30 minutos del primer tiempo, pero a los 39 el equipo inglés igualó con un tanto en propia valla de Simon Kjaer.
En el primer tiempo suplementario, en el minuto 14, el capitán Harry Kane ejecutó un penal que contuvo el arquero Kaspar Schmeichel, pero en el rebote el delantero del Tottenham marcó el gol del triunfo.
La final será el próximo domingo, también en Wembley, desde las 16:00 hora argentina, frente a Italia, que había vencido en las semifinales a España, en la definición con remates desde el punto penal.
En el primer tiempo, el que dominó el balón durante los primeros minutos fue Dinamarca, con un juego en bloque y tapando cualquier intención inglesa en gran forma.
La apertura del marcador llegó con un estupendo tiro libre ejecutado por Damsgaard, que hizo estéril el vuelo de Jordan Pickford.
Eso fue la clave para la reacción de Inglaterra, que comenzó a apostar su juego por las puntas, y en una escapada de Bukayo Saka, el que venció a su propia valla fue Kjaer, cuando intentaba cerrar ante la entrada por su espalda de Sterling.
Inglaterra fue la que desde ese momento tuvo siempre el dominio del partido y Dinamarca solo estuvo abocado a cortar circuitos y salir de contragolpe, aunque con mucho campo para poder llegar a cubrir y lograr así alguna situación clara.
En el alargue la temática no varió en demasía, pero en el minuto 14 el árbitro sancionó un dudoso penal que le cometió Maehle a Sterling, que el VAR ratificó.
Kane se hizo cargo de la ejecución, Schmeichel le adivinó la punta -bajo junto al palo izquierdo- pero dejó a pelota viva en el rebote, que le llegó otra vez a los pies del capitán inglés para definir el partido.
El segundo tiempo suplementaria tuvo a Inglaterra controlando el balón y haciendo correr el cronómetro, cuando Dinamarca ya no tuvo el resto como para intentar una reacción.