La nueva función censurará automáticamente las imágenes que contengan posibles desnudos.
La idea de que un desconocido (generalmente desconocida) pueda tener el más mínimo interés en admirar a tu pequeño príncipe solo porque habéis cruzado dos palabras es una de esas ideas erróneas tan viejas como el mundo, pero la llegada de Internet ha elevado la fotopolla a la categoría de plaga bíblica. Meta está tomando cartas en el asunto.
El desarrollador Alessandro Paluzzi tuiteó recientemente una captura de pantalla de Instagram en la que se puede ver una nueva función llamada “Nudity Protection” cuya descripción es “Tecnología que cubre las fotos que podrían contener fotos de desnudos”. Poco después, Meta ha confirmado a The Verge que la función es real y que está trabajando en ella. De hecho, ha explicado que es una función para la parte de mensajes y chats de Instagram, que es donde los devotos practicantes del dudoso arte de fotografiarse el pincel campan a sus anchas.
Meta no ha detallado cómo funciona exactamente Nudity Protection, pero ha asegurado que preservar la privacidad de los usuarios es un objetivo prioritario. Paluzzi asegura en su tuit que Instagram no accederá a las imágenes de ninguna manera, lo que probablemente significa que las fotos serán analizadas mediante algoritmos. En una deliciosa paradoja, los aficionados a enseñar el cimborrio en público pueden tener la tranquilidad de que nadie verá su cimborrio. Ni siquiera su víctima. Es una suerte que las IA no puedan arrancarse los ojos.
La idea es que si la IA detecta algo que podría considerarse como desnudo, ocultará la foto pero no la borrará, dejando al usuario que recibe la imagen la decisión de si quiere ver la foto o no. La opción, por supuesto, puede desactivarse en cualquier momento.
La función aún está en sus primeras etapas de desarrollo y no hay una fecha concreta para su lanzamiento. El pasado año, Meta lanzó una herramienta llamada Hidden Words que censuraba de manera similar las palabras que tuvieran connotaciones violentas o insultantes, con la particularidad de que pueden ser los propios usuarios los que definan esas palabras clave.
En cuanto a las fotopollas (el término en inglés se llama Cyberflashing), puede que tengan los días contados. En Reino Unido, por ejemplo, se está discutiendo una propuesta de ley que criminaliza esta práctica y la pone al mismo nivel que hacer exhibicionismo en el mundo real. En otros rincones del mundo como California ya es ilegal.