Esta mujer nacida en Ohio en 1925 consiguió marcar un antes y un después en la aviación femenina al convertirse en la primera mujer en completar la vuelta al mundo a bordo de un avión en solitario.
Lo curioso es que, a diferencia de los grandes iconos femeninos de la aviación, la hazaña de Mock surgió de una vida marcada por la monotonía y el aburrimiento. Si Harriet Quimby destacó no solo por ser la primera norteamericana en obtener una licencia de vuelo sino también por ser fotógrafa, guionista, actriz y periodista, llevando una vida completamente diferente a lo que se esperaba de ella, Jerrie Mock lo hizo por todo lo contrario: salir de su monótona vida de ama de casa.
Fue su padre, quien sin saberlo, marcó el camino de su hija cuando a la edad de 7 años la llevó a volar en un Ford trimotor. Aquella experiencia impresionó tanto a Jerrie que desde entonces todos sus empeños irían destinados a conseguir convertirse en piloto profesional. Así fue como durante su etapa escolar, Mock se matriculó en un curso de ingeniería aeronáutica consiguiendo los mejores resultados de su clase.
Así fue como en 1943, esta joven amante de la aviación comenzó a estudiar ingeniería aeronáutica en la Universidad Estatal de Ohio.
Jerrie Mock comenzó a asistir a clases de vuelo hasta que consiguió su licencia con apenas 700 horas a sus espaldas. Una vez que estaba preparada para llevar a cabo su aventura, Mock se subió a bordo de una Cessna 180 monomotor de cuatro plazas. La pequeña aeronave, bautizada como The Spirit of Columbus y no superior en tamaño a una furgoneta, era de segunda mano y tenía más de 10 años, pero eso no fue un impedimento para que Jerrie iniciase su aventura el 19 de marzo de 1964: recorrer más de 35.000 kilómetros realizando un total de 21 paradas en 29 días. Todo ello en solitario.
El viaje no fue todo coser y cantar, sino que Mock tuvo que hacer frente a averías, a algún que otro susto derivado del mal tiempo y a los continuos percances burocráticos entre países. Además, alguna de las etapas realizadas la llevó a estar casi 20 horas a bordo del The Spirit of Columbus. Sin embargo, nada de ello se interpuso entre ella y su objetivo de convertirse en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en avión en solitario y el 17 de abril, 29 días después de su partida, Jerrie Mock aterrizó su monomotor en el aeropuerto de Columbus, desde el que había iniciado su viaje.
Su hazaña no solo la catapultó a la lista de las mujeres más importantes en el mundo de la aviación sino que también le valió para alzarse con varios premios como la Medalla de Oro de la Agencia Federal de Aviación o la Medalla Louis Blériot otorgada por la Federación Aeronáutica Internacional por haber conseguido un récord de velocidad a la hora de dar la vuelta al mundo. Asimismo, ha servido de ejemplo y como referente para otras mujeres que han venido detrás.
Sin ninguna duda, Mock es toda una lección de tenacidad y trabajo personal.