Paula Cáceres es de Tierra del Fuego, pero llegó a Buenos Aires hace cinco años para estudiar Ciencias Políticas. El sábado pasado fue a festejar el cumpleaños de una amiga a un boliche de Palermo, pero no pudo pasar de la puerta por «no tener un pelo femenino».
RIO GRANDE.- Paula Cáceres (22) es de Tierra del Fuego, pero llegó a Buenos Aires hace cinco años para estudiar. El sábado pasado fue a festejar el cumpleaños de una amiga al boliche Jannoy de Palermo, pero no pudo pasar de la puerta.
Se habían anotado en la lista y estaban haciendo la fila, cuando el guardia de seguridad la vio y le hizo a una de sus amigas el insólito planteo:
– No puede entrar con el pelo así
– ¿Así cómo?
– Así, con la rasta. Tiene que tener un pelo más normal.
– ¿Cómo?
– Así, largo, femenino, como vos- respondió el hombre de seguridad.
La gente que estaba con ella protestó, pero la sorpresa había dejado a Paula sin palabras. Cuando llegó a su casa volcó toda esa indignación contenida en su perfil de Facebook y también en la página del boliche. «Yo no quería pelear, quería que la pase bien y baile en el lugar que había elegido, y yo odié ser un obstáculo para ello. Luego, caí, el obstáculo es Jannoy Disco, EL OBSTÁCULO es la discriminación», escribió.
«No quiero sobreescandalizar por no pasar a un boliche, pero bueno, tampoco da no hacer nada», cerraba el descargo de la joven en Facebook.
Ayer radicó la denuncia en la Defensoría LGBT porteña, según informó la agencia Presentes, que entrevistó a la joven.
Según el mismo portal, de acuerdo al Mapa de la Discriminación del Inadi, el 78% de los adolescentes sufrió una situación de discriminación en un boliche, debido a un error en la interpretación del «derecho de admisión».
«En la ley, el derecho de admisión solo puede utilizarse cuando esté en riesgo la seguridad de las personas, por portación de armas y otro tipo de delitos graves. Los boliches suelen comportarse como un particular privado cuando, en realidad, son espacios públicos», explicaron en el organismo.