Juntaron y regalaron sus libros para que otros los disfruten

Los niños de la primaria del Colegio Don Bosco juntaron más de 350 libros que sus familias leyeron y que atesoraron hasta ahora en su biblioteca. Junto a su maestra, los chicos de sexto grado hicieron un proceso de selección y empaquetado, y ayer salieron a la Plaza Almirante Brown a regalarlos para que otros puedan leerlos. “Además de que leer es lindo, entendimos que no porque vos termines de leer un libro no hay que usarlo más”, contaron.

RÍO GRANDE.- “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”, dice el proverbio Hindú que utilizaron como mensaje los niños de la primaria del Colegio Don Bosco para celebrar el Día del Libro. Durante varios días, todos los grados juntaron libros, que ayer los más grande regalaron en la plaza del centro de la ciudad, experiencia que les dejó un valioso aprendizaje.

Ellos no se mudaron a otra provincia. No necesitaban sacarse de encima algo que le molestaba y tampoco retirar su biblioteca para liberar un ambiente. Los chicos y sus familias entregaron los libros que leyeron y que disfrutaron, para que otras personas puedan leerlos.

“La seño Andrea nos propuso que busquemos en nuestras casas libros que se leyeron y ya no se usan y que los llevemos a la escuela, todos los chicos de primero a sexto grado juntamos libros y cuando estuvieron todos los racionamos entre los dos sextos”, contó Juan Ignacio Canalis, de 6º Verde del Don Bosco.

Libros para grandes y para chicos, cuentos, novelas, de historia y de terror. “Nos dividimos el trabajo, un grupo se encargó de guardarlos en una bolsita, otro de agregarle una tarjetita y otros los envolvía”, explicó.

Ayer, los dos sextos del colegio salesiano fueron con sus maestros a la Plaza Almirante Brown y otras calles de alrededor, para entregarlos a la gente que pasaba por el lugar.

“Juntamos más de 350 libros”, contó Tiago González, de 6º Amarillo, y aseguró que la idea fue que “no haya libros desperdiciados en las casas y los papás hayan gastado plata en algo que no se usa, que se forme un ciclo y los libros se sigan leyendo por distinta gente”.

Además. Juan Ignacio dijo: “La cosa es que a cada persona que le regalamos el libro, le dijimos que cuando lo termine de leer se lo dé a otra persona para que también lo pueda leer”.

“Algunos nos dijeron que no, pero otros y más las mujeres nos dijeron que si, algunos no preguntaban si de verdad los regalábamos porque algunos son caros, pero casi todos nos dijeron que si”, agregó Tiago.

Juani aseguró que “con esto aprendí que además de que leer es lindo, no porque vos termines de leer un libro no hay que usarlo más, porque tranquilamente si yo lo leí otro lo puede leer”. “No hace falta dejarlo tirado también se puede regalar a otra gente que puedan saber de qué se trata y aprender a leer”, cerró Tiago.

Los chicos entendieron que esos tesoros, acumulados juntando polvo en su biblioteca, desperdician su enorme valor.

 

“Aprendí que además de que leer es lindo, no porque vos termines de leer un libro no hay que usarlo más, porque tranquilamente, si yo lo leí, otro lo puede leer”

 

Ayer, los dos sextos del colegio salesiano fueron con sus maestros a la Plaza Almirante Brown y otras calles de alrededor, para entregarlos a la gente que pasaba por el lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los niños de la primaria del Colegio Don Bosco juntaron y regalaron más de 350 libros.