La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó en Argentina el uso del enfortumab vedotin, un nuevo tratamiento para cáncer de vejiga localmente avanzado o metastásico, para el que las alternativas terapéuticas son reducidas.
BUENOS AIRES (TELAM).- “El Enfortumab Vedotin es una medicación con una estructura y un mecanismo de acción novedoso. Es un anticuerpo monoclonal dirigido a una proteína presente en la superficie de la célula tumoral que tiene unido a su estructura una pequeña molécula de quimioterapia. Al ingresar al cuerpo el anticuerpo se une a la célula del tumor y libera en su interior la quimioterapia, con el objetivo de eliminarla”, explicó a Télam Federico Losco, oncólogo de la Unidad Uro-Oncología del Instituto Alexander Fleming.
El especialista detalló que este conjunto de medicaciones tienen el nombre de anticuerpos conjugados (anticuerpos unidos a otra estructura, en este caso quimioterapia).
“En el último tiempo se demostró su utilidad en un gran número de tumores. Enfortumab vedotin demostró una gran efectividad en el tratamiento de pacientes con tumores de vejiga en etapas avanzadas de la enfermedad, particularmente en aquellos que fueron tratados previamente con otras drogas como quimioterapia e inmunoterapia”, indicó.
Losco señaló que “en los últimos años hubo grandes avances en el tratamiento de los pacientes con cáncer de vejiga, particularmente en aquellos con enfermedad avanzada (con metástasis secundarias a la enfermedad)”.
“Hasta hace muy poco tiempo sólo contábamos con la posibilidad de tratar a los pacientes con la quimioterapia tradicional, que sigue siendo una herramienta muy importante para el tratamiento de la enfermedad. Pero en los pacientes en donde esto no funcionaba o que la enfermedad empeoraba luego de un periodo de tratamiento no teníamos nada”, dijo.
Y sostuvo que actualmente hay diferente alternativas como la inmunoterapia y tratamientos dirigidos a mutaciones específicas. “El enfortumab vedotin es una nueva opción que ha demostrado prolongar la supervivencia y aumentar la respuesta de la enfermedad en estudios realizados en una gran cantidad de pacientes alrededor del mundo incluyendo estudios donde participaron pacientes de argentina”, describió.
El cáncer urotelial de vejiga es uno de los diez cánceres más frecuentes en el mundo. De acuerdo con cifras del Observatorio Global de Cáncer (Globocan), tiene una incidencia de casi 600.000 nuevos casos y más de 200.000 muertes anuales.
En Argentina, la incidencia es de 3.780 nuevos casos al año y para el 2025 se espera que esta tasa se incremente a 4.176, lo que representaría un aumento del 10,3%. Asimismo, el número estimado de defunciones ascendería a 1.823, lo que implicaría un crecimiento del 11,2%.
Una de las principales causas del cáncer de vejiga es el tabaquismo, responsable de cerca del 50% de los casos diagnosticados.
Por otra parte, algunas investigaciones sostienen una conexión entre la infección del virus del papiloma humano (HPV) y el desarrollo de cáncer en la vejiga. Según las estimaciones, es posible que hasta un 17% de los casos de tumores vesicales se deban en cierta medida a la presencia de serotipos de alto riesgo del HPV.
Existen otros factores de riesgo menos habituales, como la exposición a algunas sustancias químicas por haber trabajado con pinturas o solventes en imprentas o en peluquerías; también, la ingesta prolongada de agua que contiene arsénico; o contraer esquistosomiasis, una enfermedad producida por parásitos frecuente en poblaciones rurales de América Latina y África.
También es importante destacar que hay una ligera tendencia en el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga en los familiares de primer grado de aquellos que ya han sido diagnosticados con esta enfermedad, especialmente si la detección se realiza antes de los 60 años.