La Cámara de Representantes de EE.UU. destituyó a su presidente

El republicano Kevin McCarthy fue removido tras una iniciativa promovida por un correligionario del ala dura de su partido, que cuestionó el envío de ayudas a Ucrania y haber aprobado financiación que evitó el “cierre del gobierno”, lo que provocó gran tensión en la formación conservadora.

EE.UU (Télam).- La Cámara de Representantes de Estados Unidos destituyó este martes, en una decisión sin precedentes en la historia del país, a su presidente, el republicano Kevin McCarthy, e ingresó en un período provisional en el que solo podrá adoptar medidas administrativas pero no legislativas, informó la prensa internacional.

Por primera vez en sus 234 años de historia, la Cámara baja resolvió “dejar vacante el cargo de presidente”, con 216 votos a favor y 210 en contra, y como consecuencia de la iniciativa de un legislador del ala dura del propio Partido Republicano.

De ese modo, quedó el terreno libre para una inédita contienda destinada a suceder a McCarthy un año antes de las próximas elecciones.

Diversos analistas auguraban este martes una compulsa tan ardua como acelerada, debido a la situación restringida en que quedó la Cámara y a que el Congreso tiene plazo hasta el 17 de noviembre para aprobar un nuevo presupuesto y evitar el temido “shutdown”, la situación en que el gobierno se vería obligado a suspender el funcionamiento de diversos organismos y dejar de pagar el sueldo a miles de empleados.

También por razones institucionales, porque el presidente de la Cámara de Representantes es constitucionalmente el segundo en la línea de sucesión presidencial, precedido únicamente por el vicepresidente (en este caso, la vicepresidenta, Kamala Harris).

Mientras tanto, la presidencia de la Cámara será asumida provisoriamente por el congresista Patrick McHenry -también republicano y propuesto para el cargo por McCarthy-, pero con las funciones del cargo y del propio cuerpo notablemente disminuidas.

Hasta que sea elegido el sucesor formal de McCarthy, la Cámara de Representantes no podrá debatir asuntos legislativos y McHenry solo estará facultado a reconocer nominaciones de oradores y declarar al cuerpo en receso o suspendido, según la agencia de noticias Sputnik.

La moción para debatir la destitución de McCarthy fue presentada el lunes a la Cámara baja por el republicano Matt Gaetz.

La iniciativa fue parte de la tensión dentro del Partido Republicano entre el ala dura que responde al expresidente Donald Trump, a la que pertenece Gaetz, y los conservadores tradicionales.

La moción, que requería del apoyo de una mayoría simple de la cámara baja para ser aprobada, debía debatirse dentro de los próximos dos días legislativos, aunque en principio trascendió que se buscaría algún mecanismo para retrasarla.

Sin embargo, con 218 votos a favor y 208 en contra, el pleno de la cámara se pronunció este martes por la tarde a favor de debatir y votar la moción, según la agencia Europa Press.

Tanto para que la moción fuera debatida como para que luego McCarthy fuera destituido, a los votos de más de 200 demócratas se sumaron los de poco más de una decena de republicanos, que tienen mayoría simple de las bancas de la Cámara.

Gaetz es una figura destacada dentro del pequeño grupo de legisladores republicanos de extrema derecha que la semana pasada llevaron al gobierno al borde del cierre con su negativa de aprobar un nuevo presupuesto sin profundos recortes del gasto.

Ese bloque también se opone al envío de ayuda adicional a Ucrania en su guerra con Rusia, bajo el argumento de que el dinero estaría mejor empleado en Estados Unidos en la lucha contra la inmigración ilegal.

McCarthy desató la furia del ala ultraconservadora republicana cuando aprobó el sábado una medida bipartidaria de financiación provisional respaldada por la Casa Blanca que evitó a último momento el cierre del gobierno.

Como muchos congresistas, había cuestionado a Trump tras los disturbios de 2021 en el Capitolio y luego percibió que los vientos cambiaban, por lo que rápidamente dio marcha atrás, haciendo un viaje a Florida para hacer las paces con el exmandatario, asegurándose así un apoyo crucial para sus ambiciones como presidente de la Cámara de Representantes.

Pero los partidarios de línea dura ejercen un derecho de veto de facto sobre la aprobación de leyes en la Cámara baja, dada la ajustada victoria de los republicanos en las elecciones de mitad de mandato de noviembre pasado.

De hecho, en enero pasado, a fin de obtener la presidencia del cuerpo, McCarthy hizo concesiones al sector de extrema derecha de su partido, incluido un cambio reglamentario que permite a los legisladores presentar, a título individual, una “moción de vacancia”.

En mayo pasado, McCarthy protagonizó una dura pulseada con el presidente Joe Biden, demócrata, acerca de la ampliación del límite del endeudamiento nacional.

Entonces logró un acuerdo de última hora para evitar un catastrófico impago de la deuda estadounidense y, aunque lo consideró como una victoria de los conservadores, debió enfrentar a partidarios de la línea dura republicana que le reprocharon haber hecho demasiadas concesiones en materia de gasto público.

Su limitado compromiso con los demócratas volvió a ser objeto de la ira de la extrema derecha la semana pasada, cuando utilizó los votos del partido rival para evitar el cierre del gobierno.

La medida enfureció a republicanos -incluido Trump-, que procuraban forzar recortes masivos del gasto y reducir la carga de la deuda del país, que supera los 31 billones de dólares.

Después de que la cámara aprobara el sábado una medida de última hora para prorrogar el presupuesto, en los niveles actuales y sin nuevas ayudas a Ucrania, Gaetz advirtió que se movilizaría para destituir a McCarthy.

“Creo que tenemos que arrancar la venda”, dijo Gaetz el domingo a la televisora CNN, y agregó que creía que tenía suficiente apoyo republicano para quitar del cargo al presidente de la Cámara.

También Biden criticó el domingo a McCarthy por no haber cumplido el acuerdo forjado en mayo en torno de la crisis de la deuda, que pretendía evitar una lucha por el cierre, y por eliminar el apoyo a Ucrania.

“Dejen de jugar, acaben con esto”, dijo entonces el jefe de la Casa Blanca.

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