La canciller Diana Mondino fue recibida en Brasilia con todos los ritos ceremoniales que escoltan los encuentros oficiales. Tuvo una primera reunión con el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, quien además comanda el Ministerio de Industria y Comercio de su país.
BUENOS AIRES (PERFIL).- Posteriormente se reunió en el Palacio de Itamaraty con su colega Mauro Vieira; y el vice de Lula da Silva estuvo presente en el almuerzo que ofreció Vieira en la cancillería brasileña. En la primera conferencia de prensa oficial el diálogo con los periodistas estuvo teñido intensamente por los conflictos mundiales.
Al canciller la prensa lo indagó en forma reiterada sobre la postura de Brasil respecto del ataque de Irán, con misiles y drones en territorio de Israel. Ocurre que en el comunicado oficial el gobierno evitó utilizar la palabra “condena”, a diferencia de lo declarado por Javier Milei, quien se apresuró a ofrecer respaldo al Estado judío. En realidad el embate iraní fue una respuesta a la previa agresión israelí que bombardeó la embajada iraní en Damasco y provocó la muerte de siete personas.
Ante la insistencia de la prensa el ministro brasileño explicó que Brasil “condena” la acometida de Irán. “Brasil siempre condena cualquier acto de violencia y reclama, en consecuencia, un entendimiento entre las partes” señaló para justificar luego las causas por las que el comunicado no usó la palabra en cuestión. Dijo que fue “redactado con prisa, cuando todavía no estaba claro el alcance de la ofensiva” de Irán.
Tratado bilateral
Pero después, tanto Mondino como Vieira pasaron a reseñar lo que fue tratado en la bilateral, con un énfasis especial en los temas de integración física y energética.
A Brasil le interesa especialmente la provisión del gas de Vaca Muerta, a partir de un avance en la segunda etapa de construcción del gasoducto que debe llegar a la frontera brasileña. En esta fase el proyecto contaría con financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social brasileño.
Según las palabras de Mondino, “los usuarios están en Brasil y la producción en Argentina”, por lo que hay un “buen alineamiento de intereses”.
Claro que la coincidencia de necesidades de ambos países no sería suficiente para avanzar rápido: “Es un asunto muy complejo” declaró la ministra. En verdad, lo que más dificulta es el destino privatizador que le darán a ese yacimiento. Fue entonces que la prensa indagó sobre una posible cumbre entre Lula y Milei: “La posibilidad de un encuentro presidencial está siempre presente. Y esperamos que en algún momento pueda ocurrir”.
Vieira hizo cuestión de insistir en la relación entre los dos países, pese a las diferentes orientaciones de los respectivos gobiernos: “Tenemos una alianza estratégica forjada a lo largo de décadas y es de interés común mantenerla”. Tal vez sea menos “conflictivo” apostar a las obras de infraestructura. Brasil quiere acelerar la finalización del puente entre San Borja (en Río Grande del Sur) y Santo Tomé. Mondino se mostró de acuerdo.