El hombre de 60 años, administrador de la estancia Rubi, se retiró de su domicilio dejando un inquietante mensaje a su familia que hacía presumir que acabaría con su vida. Se montó un importante operativo de búsqueda en la zona rural que terminó ayer cuando el hombre se presentó, hipotérmico, pero ileso.RIO GRANDE.- El hombre de 60 años dejó un mensaje a su familia el viernes dando cuenta de distintas circunstancias personales y laborales que lo afligían, tras lo cual pedía perdón por la decisión a tomar.
Esto generó el resquemor de sus familiares que radicaron un pedido de paradero en la comisaría Quinta, desde la cual se comenzó una búsqueda, coordinada desde el juzgado de turno por el juez Daniel Cesari Hernández, en la zona rural, sobre la ruta complementaria F.
La preocupación residía en que el hombre se internó en el monte munido de su revólver calibre 38, lo que hacía presagiar el peor de los finales, más cuando cayó la noche del viernes, aplazándose la búsqueda para las primeras luces de la mañana del sábado.
Fue cuando se preparaba el operativo en el casco de la estancia, situada a 53 kilómetros de Río Grande, cuando el hombre apareció sano y salvo, pero presentando un principio de hipotermia por el cual fue internado.
Asimismo, el juez dictó una medida de protección de persona por lo que quedó asistido desde el área de Salud Mental del hospital, fuera de peligro.
Continúa la búsqueda del arma
Tras el hallazgo, el juez de turno, a cargo de la búsqueda, Daniel Cesari Hernández, brindó pormenores de lo sucedido. “La peculiaridad de todo esto fue que se origina en un pedido de paradero, tipo de denuncias que no generan la intervención judicial ya que no es una cuestión delictiva, sin embargo cuando me anotician las características de la denuncia, toma intervención el juzgado con conocimiento del fiscal de turno”.
Señaló que “la persona que se ausentó se comunicó con sus familiares vía WhatsApp y les comunica que había dejado una nota en un lugar de la casa, donde refería una cierta situación y pedía perdón por lo que estaba por hacer, lo que nos alertó a nosotros”.
El Juez continuó relatando que “se había internado en el monte munido de un arma, se ordenó un operativo cerrojo para ubicar a esta persona y se puso en conocimiento al ministro de Gobierno a fin de no repetir historias pasadas y se dio intervención a los pasos fronterizos, y fuerzas provinciales y federales”.
El operativo contó con la División Servicios Especiales con 12 hombres y la comisaría Quinta con ocho efectivos quienes se adentraron en los terrenos de la estancia en una zona muy dificultosa de acceso, cancelándose en horario nocturno.
En un momento se lo localizó visualmente sobre un cerro a 200 metros, con la mirada perdida y el arma en la mano por lo que no se le acercaron y se perdió de vista, dijo el Juez, dando cuenta de las complicaciones de la búsqueda por las particularidades del caso.
Al otro día
Daniel Cesari Hernández, dijo que al otro día “a primera hora de la mañana ya con cooperación de Servicios Especiales de Ushuaia, con perros y dos drones, y algunos integrantes de Defensa Civil Provincial; se hizo un operativo que fue una suerte de cerrojo y se rodeó a una persona con posibles intenciones de utilizar un arma de fuego, lo cual era algo un poquito mas grave”.
El juez Cesari Hernández reveló que “en la entrevista que mantuvo con el administrador, en el hospital, reconoció que le pasaban los policías por todos lados y por ello decidió volver a la estancia, en la noche cuando cesó la búsqueda y que pasó la noche en un galpón de esquila, acercándose a los efectivos por la mañana antes que se retomara la búsqueda”.
Finalmente dio cuenta de que ante el estado “hipotérmico y deshidratado” del hombre “se lo sometió a diversos estudios y quedó a disposición del servicio de Salud Mental de la provincia, tanto para su asistencia como la de sus familiares”, ordenó el Juez.
Mientras tanto “el arma sigue siendo buscada, la persona en estado de crisis dijo que descartó el arma y no se acordaba dónde”, finalizó Cesari.