La energía solar continúa expandiéndose en todo el mundo, pero enfrenta desafíos importantes cuando los paneles alcanzan el final de su vida útil. Conoce los aspectos positivos y negativos de este crecimiento.
La energía solar ha experimentado un crecimiento constante en las últimas décadas, siendo la fuente de electricidad de mayor expansión durante 19 años consecutivos. En 2024, la energía solar ya representa el 6 % de la matriz energética global, frente al 1 % en 2015, y se espera que esta tendencia continúe en ascenso en los próximos años.
El abaratamiento del costo de producción de los paneles solares es una de las principales razones detrás de este crecimiento. En los últimos 15 años, el costo se ha reducido en más del 80 %, lo que ha permitido la instalación masiva de sistemas solares en todo el mundo. En 2023, se añadieron 447 gigavatios (GW) de potencia, más de cinco veces la capacidad total de generación de energía en México.
China ha liderado la producción de energía solar a nivel global, incrementando su capacidad de generación en 253 GW en 2023, lo que eleva su capacidad total a 656 GW y cubre alrededor del 10 % de su demanda eléctrica. Otros países como Australia, Japón, India, Chile y Brasil también destacan en la producción y consumo de energía fotovoltaica.
Los desafíos de los paneles solares al final de su vida útil
A pesar de los muchos beneficios de la energía solar, existen desafíos significativos al final de la vida útil de los paneles solares. Los paneles que se instalan actualmente tienen una vida útil de aproximadamente 25 años, y una vez transcurrido ese tiempo, generan una gran cantidad de desechos que deben ser tratados adecuadamente.
Uno de los principales problemas de los paneles solares desechados es que contienen metales pesados, que pueden ser peligrosos si no se manejan adecuadamente. Además, el reciclaje de estos paneles todavía está en desarrollo y no siempre es económicamente viable para los fabricantes o propietarios. Esto hace que muchos paneles terminen en vertederos, lo que puede contribuir a la contaminación del suelo y del agua si no se gestionan de forma segura.
El proceso de reciclaje también es costoso, lo cual dificulta su implementación a gran escala. A medida que la energía solar sigue creciendo, se espera que este desafío se agrave, lo que subraya la necesidad de encontrar soluciones más sostenibles para el manejo de los paneles solares al final de su vida útil.
¿A qué nos lleva esto?
La energía solar es, sin duda, una de las soluciones más prometedoras para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y combatir el cambio climático. Sin embargo, el creciente volumen de paneles solares al final de su vida útil representa un reto ambiental que debe ser abordado. Para que la energía solar sea verdaderamente sostenible, es fundamental mejorar las tecnologías de reciclaje y gestionar adecuadamente los desechos que se generan, garantizando que el impacto positivo de esta fuente de energía no se vea empañado por problemas a largo plazo.