El 20% de los menores de 30 años tiene las arterias más rígidas de lo esperable para su edad, lo que es un predictor a largo plazo de infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal.
BUENOS AIRES.- El 20% de los menores de 30 años tiene las arterias más rígidas de lo esperable para su edad, lo que es un predictor a largo plazo de infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal.
Por tal motivo, los especialistas destacaron la importancia de la prevención y de adquirir hábitos saludables desde la temprana edad.
Carlos Reguera, médico cardiólogo y Jefe del área de Medicina Preventiva y Cardiología de INEBA, afirmó que «no solo debemos cuidar nuestro corazón, sino también ayudar a cuidar el de los demás» y destacó que «la pregunta es cómo y la respuesta es sencilla: con prevención y educación».
«La tecnología avanzó de sobremanera, contamos con innumerables estudios complementarios, genéticos y fármacos, pero nos estamos olvidando de lo básico que es que el paciente no modifica hábitos o conductas que atentan contra su salud, por ende sigue sumando factores de riesgo cardiovasculares. Cegados por tratar la enfermedad dejamos de lado la salud», explicó Reguera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se centra en la prevención e intentará reducir un 25% la mortalidad prematura por enfermedad cardiovascular para el año 2025, dado que hoy ésta es la principal causa de muerte en el mundo, afectando a unos 17 millones de personas.
«La enfermedad cardiovascular comienza a desarrollarse a muy temprana edad pero se manifiesta muchos años después. El 20% de los menores de 30 años tiene las arterias más rígidas de lo esperable para su edad. Esta rigidez es un predictor a largo plazo de infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal. Actualmente lo conocemos como envejecimiento vascular acelerado, por lo tanto la verdadera edad de las personas es la de sus arterias, sin importar lo que diga el documento de identidad», agregó el especialista.
Como esta problemática sanitaria va en aumento, los cardiólogos recomiendan como primer medida modificar los factores de riesgo cardiovasculares.
Este es el modo de evitar el desarrollo o aparición de patologías cardiovasculares. «La prevención es tan eficaz que si disminuimos los factores de riesgo sería posible evitar cerca del 80% de las enfermedades cardiovasculares», comenta Reguera.
Al alcance de todos
Para evitar las enfermedades cardiovasculares las personas deben controlar factores como la hipertensión arterial, las dislipemias (niveles elevados de colesterol o grasas en sangre), el sobrepeso y la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y el estrés.
«Adoptar ciertos hábitos saludables puede hacer una gran diferencia. Las personas que logran seguir estas pautas no solo viven más, sino que lo hacen en mejores condiciones, es decir, con una mejor calidad de vida. Debemos pensar en progreso y no en perfección, recompensándonos por cada paso positivo logrado», relató Hernán Provera, médico cardiólogo y Jefe del Departamento de Riesgo Cardiovascular de INEBA.
Las enfermedades cardiovasculares están aumentando siendo un problema a muchos niveles (social, económico, cultural, entre otros).
Una de las claves es comenzar por los más jóvenes para cambiar una cultura, por lo que los expertos recomiendan promover la salud motivando a las personas desde niños.
«Hoy la gente vive más tiempo porque existen mejores tratamientos pero esto supone un gasto enorme para el sistema de salud. No debemos esperar identificar gente en riesgo para recién allí realizar las modificaciones, hay que cambiar el enfoque. Esto es un esfuerzo colectivo ya que la patología no es algo individual sino propio de una sociedad de consumo en la que es más fácil no cuidarse que cuidarse», añadió Provera.
El mayor desafío es cambiar los hábitos en pacientes adultos, ya que ellos no los modifican fácilmente, aún sabiendo que están enfermos.