El hockey de Tierra del Fuego desde unos años a esta parte siempre se ha caracterizado por un nivel superlativo de jugadores que figuran en selecciones provinciales y nacionales. El trabajo ordenado de sus clubes ha llevado a la provincia a poder sostenerse en el tiempo con logros muy importantes.
USHUAIA (Por Gabriel Torres).-¿Entonces, por qué parece que no podemos salir de lo expresado en este título de la nota para llegar a ser un diamante pulido?
Mucho tiene que ver el devenir por el peso de una dirigencia provincial que día a día demuestra que no está a la altura de los esfuerzos conseguidos por las instituciones que la mantienen.
Un club se sostiene del aporte de sus socios. Si los socios no encuentran una reciprocidad en el servicio que se presta, los socios de a poco van a encontrar otras opciones. Una Federación tiene intereses muy parecidos. Si el servicio que se presta no es correspondido, corre el riesgo de que sus socios se vayan o dejen de participar.
En estos momentos, la base de todos los clubes son los menores, los más chicos. Los padres aportan una cuota para que aprendan una disciplina deportiva dentro de un marco de respeto, lúdico y de sana competencia. El que regula esa competencia es una Federación (en el caso de Tierra del Fuego) que se mantiene alejada de los menores de diez años, que organiza partidos para jugadores de doce años y que trata de mantener un campeonato de pocos equipos para mayores de 16 años con un formato convencional y poco atractivo.
Se sabe desde hace muchos años que uno de los grandes problemas es el espacio físico y la mayoría de los clubes cuentan con espacios de uso provincial o municipal. El que debería gestionar de forma ordenada para que los clubes puedan entrenar y competir es una Federación. Tampoco lo gestiona.
El referato es una parte importantísima en un torneo porque son los que conservan el espíritu de las reglas en la cancha y el orden en el juego. Muchos árbitros se han peleado entre sí y con la Federación. O sea que tampoco coordina, concilia las partes o busca un consenso.
Para formar una comisión directiva es necesario cumplir con documentación solicitada por la Inspección General de Justicia. Esto quiere decir que balances de ingresos y egresos están al día ya que sus socios (los clubes) son los que depositan la confianza en esas personas que forman la Federación de Hockey. Esta institución que lidera a los clubes no hace rendición a sus clubes de dos años a esta parte. Es la misma que le ha solicitado a los clubes para ser parte de una Comisión Directiva y que no pudieron participar porque esos clubes no tenían los documentos en orden. O sea que tampoco la Federación está en orden desde la documentación.
Vivimos en un lugar donde las condiciones climáticas son adversas en la etapa invernal. Como el campeonato empieza recién en abril, las fechas se prolongan sin itinerarios organizados. Un club debe viajar a jugar un solo partido y hacer doscientos kilómetros para poder competir. Un traslado para 19 jugadores cuesta aproximadamente 200.000 pesos. Once mil pesos deberían pagar cada jugador además el arbitraje y la mesa de control con un aviso de cuatro días antes. Planificar tampoco está a la altura de este ente.
En el plano nacional todos fuimos testigos como un club quedó fuera de una instancia nacional ya que el ente que debió tomar decisiones y mantener informados a sus asociados de las situaciones de actualidad en base a reglamentación nacional vigente, tampoco lo hizo. Otra vez, dejó que la situación explote, que sea un círculo mediático de dimes y diretes, que los jugadores queden en el medio siendo protagonistas de piedra.
Si decimos que los clubes son parte de la Federación, la falta de contacto con sus miembros se hizo cada vez más lejana en el tiempo. No existen reuniones con los delegados, no responden las notas de sus afiliados. Un grupo de personas tomó las riendas de la Federación de Hockey Tierra del Fuego pero ahora resulta que son pocas las personas que tratan de parar un caballo que realmente se ha desbocado.
Mirarse al espejo y decirse que está todo bien no es una realidad valedera. Echar culpas a otras administraciones tampoco es mirar hacia adelante en la búsqueda de soluciones. No pedir ayuda en momentos tormenta no es debilidad, sino confianza en que todos los clubes podamos hacer frente al vendaval.
El fin de semana estuve presente en la ciudad de Río Grande, estaba a cargo de un plantel de jugadores de 12 a 16 años. El esfuerzo de familias y amistades para que los chicos llegaran a jugar un solo partido se devuelve en verlos disfrutar por cada minuto que dan el máximo de sus posibilidades en la cancha. A veces se gana y a veces se pierde, esa es la realidad del deporte donde dentro de la cancha las reglas están claras. El problema que la dirigencia no tiene las cosas claras. Que la riqueza debe ser bien administrada, ya que un día nos encontraremos que el diamante seguirá sin lucir por que no hubo nadie para pulirlo.