La hidrovía Paraná-Paraguay en el foco mundial

La hidrovía no solo es noticia por la puja de las grandes compañías dragadoras que participarán de la licitación del gobierno de Milei, también lo es por ser una veloz autopista por donde circulan drogas ilícitas para el resto del mundo.

BUENOS AIRES (NA).- La hidrovía Paraná-Paraguay, una arteria económica clave para el Mercosur, también se ha convertido en una ruta crucial para el tráfico de drogas ilícitas hacia Europa, Asia y Oceanía.

Esta autopista fluvial, inaugurada en 1992 para competir con rutas globales, conecta cinco países (Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay), 150 puertos y moviliza millones de toneladas de carga anual. Sin embargo, su potencial económico se ve empañado por su papel creciente en el comercio mundial de drogas.

Informes de la ONU y organismos internacionales han señalado un aumento significativo en las incautaciones de cocaína en la hidrovía, destacando el uso de esta ruta por organizaciones criminales como el Primeiro Comando da Capital (PCC) de Brasil. Casos emblemáticos incluyen la incautación de 16 toneladas de cocaína en Hamburgo, Alemania, en 2021, y múltiples decomisos en puertos europeos y australianos entre 2021 y 2022.

Las drogas suelen ser transportadas desde Bolivia y Perú a través de Paraguay, luego en barcazas por la hidrovía y finalmente en barcos de gran porte desde Argentina.

Ante esta problemática, Argentina ha reforzado los controles portuarios desde 2022, implementando el escaneo sistemático de contenedores en puertos estratégicos. Estas medidas han dificultado las operaciones de los narcotraficantes obligándolos a adaptar sus rutas, lo que ha convertido al puerto de Montevideo en un punto crítico debido a la falta de radarización y controles rigurosos en Uruguay.

El gobierno de Milei enfrenta el desafío de gestionar una licitación internacional para el dragado de la hidrovía, un proceso que también tiene implicaciones de seguridad mundial. La colaboración con Estados Unidos, que podría incluir la instalación de militares en la región, ha generado controversia. Paralelamente, Donald Trump, aliado político de Milei, ha prometido clasificar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas, lo que podría intensificar las acciones contra estas redes criminales.

A pesar de los esfuerzos por controlar el tráfico ilícito, las redes criminales han demostrado una capacidad notable para evadir las medidas de seguridad, aprovechando lagunas en los sistemas de control.

En este contexto, las Naciones Unidas han advertido sobre el uso creciente de corredores fluviales en Bolivia y la hidrovía como una ruta clave para el contrabando de drogas hacia mercados internacionales.

En síntesis, la hidrovía no solo representa una licitación millonaria y una herramienta logística para el comercio lícito, sino que también se ha convertido en el epicentro de una crisis de seguridad global, destacando la urgencia de medidas efectivas para combatir el narcotráfico.

Hoy la hidrovía no es sólo sinónimo de una licitación millonaria por su dragado también es foco de una cuestión de seguridad mundial.

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